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El Telégrafo
Juan J. Paz y Miño C.

Pueblos indígenas

24 de agosto de 2015

El estudio de la Cepal ‘Los pueblos indígenas en América Latina’ (2014) considera que, de acuerdo con el Convenio 169 de la OIT, cabe reconocer a estos desde cuatro dimensiones: la identidad, el origen común, la territorialidad y el ámbito lingüístico y cultural.

En 16 de 19 países que levantaron censos desde la década de 2000 se incorporó el criterio de autoidentificación para determinar a la población indígena. Sobre esa base, de una población latinoamericana estimada a 2010 en unos 538 millones, la indígena es cercana a los 45 millones, es decir apenas el 8,3% del total. Hay contrastes: México con casi 17 millones de indígenas, Perú con 7 millones, Bolivia con 6,2 millones, Guatemala con 5,8 millones; y en el otro extremo: Uruguay con casi 80 mil indígenas y El Salvador con 14,4 mil.

En Ecuador la población autodefinida como indígena en 2010 era de 1’018.176, es decir el 7% del total nacional (en 2001 fue el 8%); aunque el 78,5% está en zonas rurales y el 21,5% es urbana. Sin embargo, al interior de la Conaie se ha sostenido que son indígenas el 45% y mínimo el 20% de la población nacional, una idea que contradice los datos censales locales.

El estudio de la Cepal sostiene que hay 826 pueblos indígenas, igualmente con contrastes: Brasil con 305 pueblos, Colombia, 102; Perú, 85; y México, 78; en tanto Costa Rica y Panamá solo tienen 9 pueblos indígenas cada uno, El Salvador, 3; y Uruguay, 2.

También hay una evolución notable del derecho nacional en los diferentes países y del derecho internacional sobre las poblaciones indígenas, como el Convenio N° 169 de la OIT (1989) y la Declaración de las NN.UU. sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada en 2007 luego de 20 años de debates. Las Constituciones de Ecuador (2008) y Bolivia (2009), ambas aprobadas mediante referéndum, reconocen al Estado como plurinacional e intercultural.

Solo en los últimos 20 años se ha pasado de la negación de los derechos territoriales indígenas a su reconocimiento, aunque a distintos ritmos y profundidades. Además, se verifica el avance en derechos al bienestar de las poblaciones indígenas, sobre todo en servicios de salud, educación, comunicación e información, y tratamiento a los infantes y a la mujer. La Cepal observa que hay necesidad de profundizar en la futura atención a las poblaciones indígenas, pues subsisten carencias y limitaciones.

Sin embargo, sobre ese innegable progreso, de acuerdo con la Cepal, “en los últimos años, el aumento de los conflictos relacionados con el control y uso del territorio y los recursos naturales ha sido habitual en los países de América Latina”.

Sobre la base del estudio de la Cepal puede comprenderse que también las luchas y movilizaciones indígenas, como la reciente en Ecuador, se dan bajo condiciones distintas. Incluso en Bolivia y Ecuador existe una nueva institucionalidad, muy favorable a los pueblos indígenas, que han sido atendidos como no ocurrió en el pasado. Pero, en lugar de admitir los datos de la realidad, es más fácil y ‘revolucionario’ negar esa situación desde simples posiciones políticas. (O)

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