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Fabrizio Reyes De Luca

Proceso recesivo global

17 de septiembre de 2015

Cuatro de las diez economías más grandes del planeta (Japón, Brasil, Italia y Canadá) emiten señales recesivas dentro de sus actividades productivas, comerciales y financieras, a pesar de algunos vaivenes de recuperación económica que no logran superar los vientos de incertidumbre económica que soplan en el mundo.

Canadá, clasificada como la economía número 10 del orbe, medida por el tamaño de su Producto Interno Bruto, acaba de anunciar que ha entrado en recesión al registrar números rojos en su crecimiento durante los dos últimos trimestres del año. Técnicamente, se considera que un país ha entrado en recesión, cuando el PIB se reduce durante dos trimestres consecutivos.

El comercio exterior de Canadá está atado a los vaivenes de las actividades productivas, comerciales y financieras de Estados Unidos al concentrar 85,8% de sus exportaciones de bienes y servicios y 60,6% de sus importaciones hacia el mercado estadounidense.

La estrepitosa caída en los precios del crudo ha impactado adversamente en la dinámica económica de dicha potencia, debido a que la producción petrolera y de gas natural representa el 10% de su PIB, un 25% de sus exportaciones y poco más del 25% de las inversiones privadas.

Canadá, país miembro del poderoso G-7, no vivía una fase recesiva desde finales de 2008 e inicios de 2009, período que coincidió con el estallido de la gran depresión económica mundial.

Entonces, es lógico deducir que el proceso recesivo que afecta a Canadá impactará negativamente en los volúmenes de inversiones directas en América Latina, así como en los flujos de turistas hacia nuestra región. Pero Canadá no es la única potencia económica que vive momentos de inestabilidad.

También el enfriamiento de la economía china (que se está refugiando cada vez más en su mercado interno para alcanzar una mejor competitividad en sus exportaciones, realizando devaluaciones programadas del yuan) ha concitado la atención internacional.

China creció a tasas de 2 dígitos durante tres décadas y en 2010 comenzó con su lento declive que puede arrastrar el crecimiento mundial por debajo del 2%, un umbral que puede ser equivalente a una recesión planetaria. China será la fuente de mayor vulnerabilidad, dado que llegó a convertirse en la segunda mayor economía del orbe, y en 2014 representó el 15% del PIB y el 40% del crecimiento global.

La fuerza de China dio un gran impulso a los países emergentes que no sufrieron un mayor impacto con la crisis financiera de 2008 en los países desarrollados. China actuó como la locomotora de relevo en la economía, pero ese impulso ha colapsado. La caída de los precios de las materias primas puso en aprietos a los países subdesarrollados.

Siendo el gigante asiático uno de los principales motores de la economía mundial se entenderá el porqué de la preocupación reinante ante el recorte de la demanda china de bienes y servicios, pues ese fenómeno está abonando el terreno para el advenimiento de una recesión generalizada. (O)

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