Se conoció que el 29 de enero de 2015, el Congreso de la hermana República del Perú autorizó el ingreso de fuerzas militares de Estados Unidos a su territorio. En efecto, mediante resolución legislativa, dicho cuerpo colegiado permite que Washington incremente el contingente de 125 a 3.200 soldados.
El primer contingente, compuesto por 58 militares, arribó a territorio peruano el 1 de febrero de 2015. El segundo, formado por 58 soldados, lo hizo el 15 de febrero de 2015. El tercer contingente desembarcará el 1 de septiembre del año en curso y será de 3.200 ‘marines’, con el objetivo de combatir a ‘terroristas y narcotraficantes’.
Esta acción confirma la estrategia de dominación que tiene Estados Unidos para América del Sur. El pueblo peruano tiene todo el derecho de pedir cuentas respecto a cómo votaron los congresistas en la resolución legislativa que hoy es pública. Grave decisión que atenta -sin ninguna duda- contra la soberanía del Perú.
Este despliegue de fuerza militar estadounidense pone en riesgo la paz de la región. Es legítimo preguntarse: ¿Cuáles son las verdaderas razones para la presencia de este ejército en nuestro continente? ¿Hacia dónde realmente apuntan sus misiles?
Hace mucho rato que Estados Unidos está buscando la manera de intervenir militarmente en Venezuela para terminar -a sangre y fuego- con el proyecto bolivariano liderado históricamente por Hugo Chávez y que hoy conduce Nicolás Maduro, quien es acosado por campañas permanentes de desprestigio y violencia, desatadas por las fuerzas más retrógradas de nuestro continente.
Tampoco hay que perder de vista el último caso de espionaje chileno en el Perú. No sería nada raro que detrás de esta acción estén las manos de los servicios secretos de EE.UU. que bien podrían montar operativos -incluso a espaldas de los gobiernos- valiéndose de la infiltración en los servicios de inteligencia que ellos manipulan.
Los gobiernos progresistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay tampoco son del agrado del imperio decadente. Además, en esta parte del planeta existen abundantes recursos hídricos y tierras generosas para el cultivo de alimentos que en otras latitudes ya escasean. Son elementos básicos para la supervivencia de la especie humana.
Desembarcar tropas extranjeras en Perú y lograr que este hecho grave pase desapercibido, o que sea admitido pacíficamente por la comunidad internacional, equivaldría a asumir como ‘normal’ este procedimiento en nuestra América mestiza. Es la hora de la protesta diplomática de organismos como Alba, Unasur y Celac. Es la hora de la protesta firme y altiva de los pueblos de América del Sur y del Caribe, en defensa del bien más preciado: la paz de nuestro continente.
El 12 de marzo de 2015 se recordarán los 200 años del fallecimiento del poeta y patriota peruano Mariano Melgar Valdivieso, quien -luego de la Batalla de Umachiri- fue fusilado por miembros del ejército español. Su lucha anticolonialista es un ejemplo a seguir por los jóvenes de Perú y América.