La derecha reaccionaria, la seudoizquierda oportunista y la prensa comercial, como se esperaba, reemprenden campaña de ofensa por la decisión legítima de la Corte Constitucional respecto de las enmiendas en la Carta Magna, incluido el tema de la reelección, pero, en el fondo, lo que intentan es reunificar a los esparcidos sectores de la oposición para nuevas acciones contra el régimen del Buen Vivir y su líder, Rafael Correa Delgado.
Ya asoman sabios juristas alquilados y sin empleo a vociferar contra la majestad institucional, sin argumentos válidos; los cambios planteados por Alianza PAIS de ninguna manera alteran o lesionan la estructura del Estado. Es por demás conocido que los dulces soñadores por la Presidencia de la República, cada día, ven alejarse la esperanza de volver a la era neoliberal o restauración conservadora para seguir nutriéndose de prebendas y privilegios.
La decisión válida de la Corte Constitucional coincide con el pronunciamiento eufórico popular por la reelección presidencial, en citas históricas y masivas asambleas, como expresión de apoyo al proyecto político de la Revolución Ciudadana en beneficio de los pobres de la patria. En su momento, el analista internacional Ernesto Laclau explicaba que la reelección indefinida es propicia, en el caso de los líderes, para que puedan terminar su obra social. No se trata de auspiciar eternas dictaduras, sino de brindar oportunidades a los guías de la historia a cumplir su patriótico rol, como en el caso de Rafael Correa Delgado.
El excandidato de la banca usurera, opuesto al nuevo orden socioeconómico diseñado por el socialismo siglo XXI, fue el primero en gritar y amenazar con iniciar un proceso de recolección de firmas, supuestamente en defensa de la libertad y democracia. Aún mantiene su sueño presidencial y pretende seguir en la lid con el aporte del capital extranjero y auxilio de la prensa privada. Los escasos dirigentes de Sociedad Patriótica también claman por una consulta popular sobre un tema que no admite discusión. Creen que el pueblo se olvida de la expulsión del excoronel del Palacio de Gobierno por sus actos de deslealtad y su docilidad a la derecha reaccionaria. ¿Quién le va a entregar firmas solicitadas por los aventureros de la política? Otros grupos borrados del mapa y sobrantes de la partidocracia se movilizan, cubiertos de pánico frente a una posible prolongación del régimen de la Revolución Ciudadana con el liderazgo de Rafael Correa.
Los responsables de la guerra mediática organizan otro frente contra el Presidente y esta vez con mayor agresividad en alianza con la oligarquía criolla y el capital extranjero. Si la oposición se debilita, entre otras causales consta la falta de auténticos líderes con dotes de capacidad y honradez para servir al pueblo. Mal hace la prensa comercial de pretender crear falsos conductores, concediendo espacios gratuitos a políticos sin prestancia y valores éticos.
Con y sin consulta, Rafael Correa ya entró en la historia del Ecuador y el continente por su lealtad, ilustración académica y sentimiento humanitario. Lo cierto es que la oposición, oligarquía y prensa privada lanzan nueva arremetida, para largo, frente al liderazgo de Correa y el tema de la reelección indefinida. Estamos ya en la era de la nueva independencia, justicia e igualdad.