Cuando se produce el derrumbe de la URSS en 1991, el gobierno del presidente George Bush, padre, empezó a reducir las fuerzas armadas. No tenía con quién competir. Mas, cuando se produjeron los atentados del 11 de septiembre de 2001, llevaron al presidente George Bush, hijo, a invadir a Afganistán, Irak, Libia, Siria. Entonces, el poder de EE.UU. era superior al de los 20 Estados más grandes del mundo. Pero algunos países comienzan abandonar las políticas neoliberales en América del Sur y se intensifican los procesos liberadores nacionalistas, así como los gobiernos democráticos populares, al margen de la hegemonía estadounidense. Para restablecerla, el imperio yanqui, en los inicios del presente siglo, pretendió asegurar su dominio en la región imponiendo un área de libre comercio en las Américas (ALCA), pero fracasó en la IV Cumbre de las Américas, en 2005. Por iniciativa de Hugo Chávez y Fidel Castro, el 14 de diciembre de 2004, nació en La Habana la Alba, con la que se derrotó la acción imperial en nuestra América del Sur. Surgen nuevos actores en el quehacer político-social.
Sin lugar a dudas, el programa de gobierno del presidente Chávez, iniciado en 1999 en Venezuela, basado en una justa distribución de la riqueza, la defensa de la soberanía y la integración regional, abrió el camino para el surgimiento de otros gobiernos progresistas en la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay.
Han transcurrido 15 años de la Revolución Bolivariana de Venezuela. En tan corto tiempo se han alcanzado grandes transformaciones económicas-sociales, enfrentando una oposición que ha centrado su estrategia en un agresivo ataque a la gestión económica, tratando de demostrar la falta de apoyo popular al proceso revolucionario que vive el país. Todas las fuerzas retardatarias se han unido más allá de sus diferencias, para lograr su objetivo: derrotar un gobierno democrático que está cimentando las bases de un proyecto de transición a una forma superior de sociedad. Combatido abiertamente por EE.UU. y los grandes medios. En un país en donde cerca del 80% de su población rechaza la violencia. Sin embargo, en los actos terroristas ejecutados por la derecha en febrero del año pasado fueron asesinadas 43 personas y más de 800 heridas.
En estos últimos días organizó la guerra económica para desestabilizar el país. Y, como si fuera poco, el 12 del presente mes, de febrero, fue desmantelado un atentado golpista en abierta lucha por desestabilizar el proceso Revolucionario Bolivariano. Felizmente, cuenta con el respaldo incondicional de las Fuerzas Armadas. Y en lo internacional con la Unasur, la Celac, los 120 países de los No Alineados, Rusia y China, cuyas tecnologías militares están más avanzadas que las estadounidenses.
Venezuela es hoy un país capitalista con un gobierno popular y antiimperialista, que lidera un proyecto de transición pacífica hacia el socialismo. Que hay que defenderlo. Es el reto del tiempo que nos ha tocado vivir.
Por eso, ¡el imperio yanqui no lo podrá vencer!