Estamos viviendo un tiempo extraordinario, es necesario que ejerzamos el potencial que tenemos los seres humanos.
Podemos crear un estado mental colectivo positivo, de esta manera es posible atraer situaciones positivas de acuerdo a la frecuencia de nuestros pensamientos. La liberación de mucha información que está aconteciendo en el mundo puede ser utilizada para transformación de la humanidad.
Hace miles de años, Hermes Trimegisto, reconocido como el dios Tot de Egipto, fue descubridor de la alquimia; dejó las 7 leyes y principios universales de Kibalión cuyas enseñanzas fueron actualizadas en el libro El secreto, como la ley de la atracción, que explica que uno atrae sobre su vida de acuerdo a la frecuencia de sus pensamientos.
1.- Principio del Mentalismo: Uno puede crear lo que cree, si nosotros creemos en cosas positivas atraemos a nuestras vidas circunstancias y situaciones positivas; si por el contrario somos pesimistas, fatalistas y negativos, pudiera ser fiel reflejo de nuestro propio estado mental alterado.
2.- Principio de Correspondencia: Así como es arriba es abajo, ¿quieres saber cómo funciona el universo? Conócete a ti mismo. ¿Quieres que el mundo cambie? Cambia tú. Todo empieza con uno y a través de uno.
3.- Principio de Vibración: Todo vibra, todo está en movimiento, también es la magia del verbo, el poder de la palabra; uno concreta lo que decreta.
4.-Principio de Polaridad: A toda fuerza se opone otra contraria de igual intensidad. Aquí la importancia del rol de la humanidad porque hay fuerzas conspirando en contra de los cambios.
5.- Principio de Ritmo: Todo está sujeto a fluctuaciones, todo va y viene, cuando más oscura está la noche, es señal de que el día está más cerca.
6.- Principio de Causa y Efecto: Todo lo que siembras, eso cosechas. Tratemos de que nuestra siembra sea positiva, pensamientos positivos y constructivos.
7.- Principio, Género o Generación: Todo en el universo busca su complementación, así valoramos adecuadamente la noche y el día, lo femenino con lo masculino y que la oscuridad trae su radiante amanecer. (O)
