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El Telégrafo
José Velásquez

Perseverantes y valientes

16 de julio de 2018

Por un momento olvidemos a Rusia 2018 y hagamos una escala técnica en la Copa del Mundo anterior. En el partido inaugural del 12 de junio de 2014 se alinearon en el Arena Corinthians dos íconos de la corrupción: la FIFA, organizadora del mundial, y Odebrecht, a cargo de la construcción y remodelación de seis estadios.

Algunos dirigentes de FIFA habían recibido dinero para conceder derechos de transmisión. Odebrecht en cambio no recibía incentivos sino que los pagaba. Ese mismo Arena Corinthians debía costar unos US$ 100 millones pero la cuenta final bordeó los US$ 300 millones.

Y aquí empieza la verdadera historia. No la de los delincuentes de cuello blanco sino la de dos funcionarios valientes. De esos que tanto necesitamos en Ecuador.

Casi un año después de ese partido, la policía de Zúrich detuvo y extraditó a siete miembros de FIFA por encargo de la entonces fiscal general de Estados Unidos. Loretta Lynch tenía apenas un mes en el cargo. El dinero de las coimas había fluido por bancos estadounidenses y se comprobó que 30 exfuncionarios de FIFA se habían embolsado cerca de US$ 200 millones en sobornos.

Se produjo un efecto dominó internacional y las fichas fueron cayendo en varios países, incluido el nuestro. Lo mismo ocurrió con Odebrecht.

El juez Sergio Moro inició en 2014 una investigación sobre lavado de dinero en Petrobras. Se determinó que más de la mitad de los miembros del senado estaban implicados en casos de soborno. Decenas de empresarios  y políticos intocables fueron encarcelados. Casi tres años después, Moro llegó a Odebrecht y finalmente a Lula. Solo en Brasil se pagaron más de US$ 2.000 millones en coimas.

El FBI nunca pudo confirmar si Rusia ganó su derecho a ser sede con dinero y regalos. En Ecuador la sentencia a Luis Chiriboga se redujo. Lula tuvo un pie fuera de la cárcel tras una pulseada de jueces hace unos días.

Parecería ser que la impunidad siempre gana los partidos. Pero la justicia no solo demanda independencia sino además valentía, como la de Lynch, y perseverancia, como la de Moro. Quizás podamos llegar al alargue y ganar en penales. (O)  

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