Si bien el Partido Popular (PP, derecha) obtuvo el mayor número de votos en las elecciones municipales del 25-M, sin embargo, ha perdido 600 de las mayorías en los municipios siendo desplazada del poder local. Ha disminuido cerca de 2,5 millones de votos, lo que significa una pérdida de 10 puntos implicando un fuerte deterioro en las preferencias electorales. Pero lo más trágico es que perdería mayoría en Madrid (ganó Podemos), la capital, y en Barcelona (ganó la izquierda), dos ciudades que marcarían el rumbo de la nueva tendencia en la irrupción de los partidos emergentes y significaría alargar la agonía del bipartidismo: PP y los socialistas (PSOE).
El triunfo en dichas ciudades se debe a Podemos, un partido formado recientemente hace un año, que surgió de los ‘Indignados’ españoles, cuyo movimiento espontáneo giró alrededor de las protestas por los efectos de la austeridad y la corrupción del bipartidismo. Junto con Ciudadanos (6,4% de votos en las municipales) son los dos partidos alternativos, que han cambiado el mapa político de España.
En cuanto a las elecciones autonómicas de las 15 regiones que se votaron, el PP perdió la mayoría en varias, con lo cual su poder regional disminuye ostensiblemente. El resultado general ha sido el desplazamiento del poder local y regional del PP y, en parte, del PSOE cuyo espacio lo han ganado Podemos y Ciudadanos. ¿Pero cuál es la causa de esta debacle del bipartidismo, principalmente de la derecha? A mi criterio, hay dos factores que influyen significativamente. Uno es la corrupción y el otro es los efectos de la política de austeridad.
En el primero, el caso Rato es uno más del entramado de corrupción de la derecha española, pero que se reveló a casi un mes de las elecciones municipales y autonómicas que aumentó la pérdida de credibilidad y desconfianza de los electores en los candidatos del PP. Hace poco, en las elecciones de la comunidad de Andalucía, el PP fue derrotado, pero los votos que perdió fueron a parar a Podemos y Ciudadanos, que capitalizaron el descontento de los españoles del sur, cansados de la corrupción y efectos de la política de austeridad que hizo pagar el peso de la crisis a los más desvalidos de la sociedad.
En cuanto a la política de austeridad, recordemos que se disminuyeron gastos en salud, educación, servicios básicos, etc., que junto a la contracción de la economía causaron un aumento de la pobreza, indigencia, disminución del nivel de vida de la gente, etc. La política económica para alcanzar equilibrios macroeconómicos sacrificó a la gente, que siguió los lineamientos de la troika (BCE, UE y FMI), sin importar la crisis humanitaria, el dolor, la desesperación de la gente.
Esta debacle de la derecha, como anticipamos, va a implicar una posible pérdida, en las elecciones de noviembre, de la Presidencia del Gobierno. Ha comenzado la desbandada en el PP y serán los partidos emergentes los que, más cerca de la gente, pueden acabar con el bipartidismo, aumentar su poder local y regional y cambiar el rumbo económico, social y político. (O)
