Para que 2018 sea un buen año para nosotras y nosotros los ecuatorianos, no solo hace falta tener sueños y desafíos y buscar alcanzarlos juntos. Es necesario también reconocer los peligros que nos acechan y que seguirán apareciendo. Uno de los mayores peligros del momento es volver a caer en manos de la salvaje derecha internacional, apoyada por la CIA (Agencia Central de Inteligencia) que quiere volver a hacer de América Latina su patio trasero con la complicidad de los vendepatria nacionales.
Los diez años anteriores no nos liberaron del sistema capitalista. Con el pasar de los años, las fuerzas de derecha se hicieron más presentes en el gobierno de la Revolución Ciudadana y los sectores populares no se empoderaron de la misma. Siguieron el mismo camino Lula da Silva en Brasil y Cristina Fernández en Argentina y no pudieron impedir el regreso de la derecha y todas sus desgracias. El peligro es que vayamos en Ecuador presos del mismo capitalismo salvaje para desgracia de la mayoría de los ecuatorianos.
El presidente Lenín Moreno dice que va a continuar y mejorar el proceso de la Revolución Ciudadana. En este momento, más que a personas es un proceso al que hay que defender: un proceso de cambios sociales y políticos desde los sectores populares organizados contra las propuestas de la derecha nacional. El actual júbilo de esta derecha hace pensar que ellos serán los grandes ganadores del Sí en la consulta popular; por lo mismo, el proceso de acumulación capitalista va a aumentar en perjuicio de los sectores populares.
En su reunión de Puebla en 1979, los obispos latinoamericanos, siguiendo al papa Juan Pablo 2°, denunciaron que el actual sistema hace a los ricos más ricos a costa de los pobres, cada vez más pobres. No hay más que dos caminos: o hacemos retroceder el sistema capitalista o somos cómplices y encubridores de su crecimiento y, por lo mismo, de un mayor empobrecimiento de la gran mayoría de los ecuatorianos.
El peligro está a la vista. Depende de nosotros mantenerlo alejado. (O)
