Ecuador, 19 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Nancy Bravo de Ramsey

¿Para qué sirven las sabatinas?

02 de diciembre de 2014

El reciente sábado 29 de noviembre, en la parroquia Guayllabamba, al norte de Quito, las sabatinas del presidente Correa acaban de sumar 400.  Con una sintonía televisiva y radial impresionante en el país y fuera de él, en donde se lo requiere como un modelo a seguir, los enlaces ciudadanos en los que nuestro primer magistrado es el protagonista, se han convertido en una costumbre inveterada que hace casi imposible ignorarlos. Y los más fieles televidentes y radioescuchas son precisamente quienes forman las filas de la oposición, aquellos que al día siguiente, posiblemente por una falta de correcto análisis e interpretación, o lo más probable, movidos por su histérico afán de desorientar desinformando al pueblo a través de los canales y los diarios de sus grupos políticos afines, se apuran en dar un informe plagado de errores, completamente tergiversado e incorrecto de lo expresado por el Mandatario.

Pero el pueblo intuye la verdad y en la próxima sabatina se pone a la espera de que Rafael Correa aclare de manera firme lo que él expresó en el enlace ciudadano, siempre un éxito político en el país, además de haberse convertido en la mejor escuela de información que tiene la ciudadanía para enterarse en detalle acerca de las acciones que ha realizado y de los pasos que ha dado el Presidente en sus gestiones de gobierno. Entonces es cuando comprendemos mejor por qué ha tomado determinadas medidas económicas, por qué se decidió por establecer relaciones con países que hasta ahora se encontraban fuera de la lista de nuestros allegados, por qué tuvimos que esperar 30 años para ver la culminación del trasvase Chongón-San Vicente, cuál es la razón para emprender la transformación de las universidades del país,  qué ventajas aportará Yachay y las nuevas instituciones de educación superior que tienen propósitos nunca antes imaginados por ningún gobierno. Por qué razón los colegios y las escuelas del milenio. De qué manera beneficiará a la comunidad la ampliación y mejoras de las casas e instituciones de salud en lo que se ha empeñado. Cuánto está costando el programa de desarrollo de la vivienda para diversos sectores de ecuatorianos en las diferentes regiones del país. Cuáles son los costos y las expectativas de producción de las grandes  centrales de energía en que está acometiendo el Gobierno. Por qué el empeño para transformar nuestro Oriente en un magnífico emporio de riqueza y buen vivir. Nos estamos educando paso a paso en los asuntos del Estado y sobre la forma cómo nuestro país avanza en su desarrollo, pese al rechinar de dientes de aquellos que beben los vientos por el poder, y que cuando ellos lo tuvieron no hicieron nada positivo por la nación y por su pueblo. Ya no nos pueden engañar aquellos políticos vendepatria, que en los largos períodos en que la partidocracia fue gobierno, únicamente se preocuparon de asaltar las riquezas del Estado y de vender la soberanía de la nación. Y desde el momento en que un pueblo está bien enterado de la realidad nacional, el empeño de los traidores por apropiarse de su voluntad va anulándose poco a poco.

Por eso el pueblo ama las sabatinas. Y no solo para instruirse y conocer los detalles de las gestiones del Presidente ecuatoriano más popular que ha tenido el país luego de Alfaro, sino también para reírse y distraerse un poco con las ocurrencias de Rafael Correa y del ‘mashi’ José Maldonado, que entera en su propio idioma a los hablantes quichuas de todo lo expresado por el gobernante. En mi caso, casi nunca me pierdo los sábados de ver,  admirar y aplaudir los diálogos de nuestro Mandatario con la nación, rindiéndole cuentas a su pueblo. Que no lo vea con avidez, tan solo puede suceder cuando me encuentro hospitalizada o cuando la enfermedad me agobia en demasía y se me hace imposible tan solo abrir los ojos. Solo entonces. Y cuando aquello sucede, no me perdono durante varios días el haberme perdido un capítulo más de los enlaces ciudadanos y, de paso, no haberme divertido escuchándolo cantar con tanto entusiasmo al Presidente, mientras que la nación entera, y yo desde mi casa, coreamos con él tan bien escogidas melodías. ¡Cuánto le sirven al pueblo las sabatinas!

Contenido externo patrocinado