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El creciente avance de la Revolución Ciudadana y el fortalecimiento del liderazgo de Rafael Correa inciden en la sepultura de la partidocracia y el fraccionamiento de la oposición, incluida la prensa “independiente”, que pese a la lejanía de 2017, ya lanza a la palestra, a manera de ensayo, candidatos a la Presidencia de la República, como estrategia para alertar a la ciudadanía de que la derecha política se encuentra en actividad, decidida a rescatar espacios perdidos y extraviados de la era neoliberal.
La evidente ambición de los sobrantes de los partidos extintos, desertores, seudoizquierdistas, grupos políticos, aún sobrevivientes y otros en gestación, imposibilita la selección, como ocurrió en el último lance presidencial, del candidato único para la jornada cívico-electoral de 2017.
Hoy, un sector de la prensa privada se adelanta a la postulación del banquero Guillermo Lasso, a manera de llamado a posibles adherentes, mediante una entrevista con preguntas acomodadas para el lucimiento del personaje. Promete, el aspirante a la Presidencia de la República, practicar la tolerancia y que su binomio debe surgir, según él, de la decisión política de un grupo de demócratas. No teme ser arrinconado políticamente. Similar a la versión de dirigentes contrarios al régimen del Buen Vivir; y frente al liderazgo de Correa, sumamente preocupado, sostiene “la gente ha cambiado y hoy en 2015, siente que es necesario defender la alternancia como principio de la democracia”.
En el colmo de los desaciertos, otro sector de la prensa comercial le ofrece espacio de propaganda al exmilitar derrocado, creyendo que los ecuatorianos se han olvidado de lo que la historia relata de este exgobernante fracasado. Carece de solvencia moral para formular llamado a las Fuerzas Armadas y sugerir que voten contra la reelección y que está en riesgo la institucionalidad democrática. La curiosidad promueve a leer criterios de un exmandatario que traicionó al pueblo que lo eligió y a los grupos políticos que lo apoyaron.
Por allá otro grupo de tres, el alcalde de las fundaciones, el de SUMA quiteño y el otro, representante de Igualdad-Participa, que con el pretexto de celebrar un aniversario del triunfo electoral local abre otro frente, sin sentido, en defensa y rescate de la democracia, participación de los partidos y respeto a las libertades. En silencio tratan la sucesión presidencial. Los articulistas y dirigentes obsoletos conocen, pero lo ocultan, que Rafael Correa es un demócrata y respeta la libertad en todas sus manifestaciones. En Ecuador rige una Constitución aprobada mediante referendo y gobierna un mandatario elegido en sufragio libre. Solo un torpe se atreve a señalar que va a luchar por el rescate de la soberanía y las libertades.
Llegaremos a 2017 con una oposición política fraccionada, carente de auténticos líderes, dispuestos a servir al pueblo con honestidad. Lamentablemente, la prensa comercial, en cierto modo, es la culpable al pretender formar líderes de trapo. Es así como el proyecto de enmienda en el tema de reelección estremeció a la oligarquía y a sus seguidores porque intuye el afianzamiento del liderazgo de Rafael Correa, que se dispone -con el apoyo popular- a terminar, por el bien de la patria y de los ecuatorianos, su proyecto político.
La Revolución Ciudadana avanza y la reelección se considera una necesidad de relevancia histórica.