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El Telégrafo
Rodolfo Bueno

No tendrán dónde esconderse

01 de diciembre de 2015

Es una lástima que tuvieran que darse los acontecimientos de París para que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara por unanimidad la resolución que permite tomar las medidas necesarias para luchar contra los terroristas del Estado Islámico (EI), medidas que bloquearán el flujo de mercenarios a Siria e Irak y les impedirá la venta de petróleo y antigüedades, que los financia.

Se trata de fanáticos que planifican sus crímenes al detalle, destruyen el patrimonio islámico e, incluso, asesinan a muchos musulmanes. El que pretendan actuar en nombre del islam no los hace religiosos, al contrario, no son más que una secta ajena a toda religión, cuyo mayor triunfo sería convencernos de que son islamistas, con lo que sembrarían dudas y prejuicios en nuestras mentes.

Su auge es el producto del sustento que Washington da a los grupos yihadistas. ¿Fue un error de EE.UU. apoyarlos y llamarlos moderados? Lo dudo. Prueba de ello es el derribo del Su-24, cuando regresaba de una operación contra el EI en el territorio de Siria, sin violar la frontera turca. Esta provocación desnuda al Gobierno turco y demuestra la desesperación extrema en que han caído los círculos belicistas del mundo. El presidente Obama no podía quedarse atrás y justifica el crimen: “Turquía, al igual que cualquier país, tiene derecho a proteger su territorio y su espacio aéreo”. Se ve que se le secó la mollera, ¿por qué mejor no cierra la boca?

Este atentado no pudo realizarse sin previo conocimiento de EE.UU. y la OTAN, y se da cuando eran bombardeadas las fuentes de financiamiento que el EI obtiene del contrabando de petróleo a través de Turquía, ‘negocio’ de un hijo de Erdogan. “No esperábamos ningún ataque de parte de un país al que consideramos aliado… Es como si los cómplices del terrorismo nos hubieran apuñalado por la espalda”, manifestó el presidente Putin y se preguntó: “¿Quieren poner la OTAN al servicio del Estado Islámico?”.

Para garantizar la seguridad de los pilotos rusos, Moscú ha tomado la decisión de reforzar su presencia militar en Siria. Dmitri Peskov, portavoz del Gobierno ruso, informó que el presidente Vladimir Putin “ha dado permiso para enviar a Siria el sistema antiaéreo S-400”, proyectiles de la más avanzada tecnología. Además, el crucero Moskvá, dotado del sistema S-300, ha sido desplegado frente a las costas de Siria. Este navío va a “eliminar a cualquier blanco aéreo peligroso”, dijo Serguéi Shoigú, ministro de Defensa de Rusia, y advirtió: “Cualquier blanco que represente un peligro potencial para nosotros será destruido”. Medidas que han obligado al Estado turco a suspender sus vuelos militares sobre territorio sirio.

La guerra contra los terroristas será ganada. El presidente Putin asegura que los encontrarán y exterminarán sin importar dónde se escondan: “Los perseguiremos por todas partes: si es en un aeropuerto, pues en un aeropuerto; y si los encontramos en el baño, discúlpenme, pues los liquidaremos en el mismo retrete”.

Tiene razón, porque si no, nos veremos envueltos en una larga y sangrienta lucha, que va a carcomer las bases de la civilización. (O)

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