Los alineados en la oposición, principalmente periodistas y articulistas de los medios privados, los desechos de la partidocracia y los resentidos, repletos de odio enfermizo y temblorosos por el avance de la Revolución Ciudadana hacia la consolidación de los principios del socialismo siglo XXI, intensifican sucias estrategias y ensayan intentonas golpistas, en el fondo, dirigidas a lesionar la imagen de Rafael Correa, el único líder, aspirante a continuar conduciendo el Estado hasta terminar, sin límite, el proyecto político en beneficio de los marginados de siempre.
Los contrarios, acosados por sus intereses, agreden al régimen y a su guía, desde sus parajes y en diversos tonos. Uno que se cree dueño de Guayaquil sobre la base del engaño y la demagogia, grita cuando le conviene y se calla o enmudece frente a la realidad de un reto; un exbanquero millonario, obsesionado por la Presidencia, finge defender a los pobres y se arriesga a salir a las calles con el auxilio de unos cuantos seguidores a sueldo y los traidores que buscan desesperados un sitio cómodo en la contienda partidista como audaces negociantes de la política ecuatoriana.
El grito de la oposición es ‘Todos contra uno’. De los supuestos males que afectan al país, hay que culpar al Presidente con el auspicio de la prensa comercial y sus articulistas, adheridos al complot por derrocar al mandatario y volver al pasado de bonanza, privilegios, poder, dinero y placer, de unos cuantos, en perjuicio de la mayoría de ecuatorianos.
Repugna contemplar a ciertos articulistas de la derecha y políticos fracasados que persisten en sus nauseabundos mensajes y discursos con la malsana intención de fastidiar y desprestigiar al conductor de la Revolución Ciudadana y a su régimen, que entre avatares y dificultades promueve, a cada paso, cambios sustanciales en el área socioeconómica, para redimir, definitivamente, a los más pobres de Ecuador.
Es norma del Gobierno promover el diálogo para superar diferencias, enmendar errores y, por consenso, seleccionar soluciones acertadas; pero no se ha recibido respuesta de los empecinados ‘contreras’, aduciendo que se trata de una trampa para convencer y atenuar protestas callejeras e ignoran o no quieren aceptar que los gobiernos neoliberales se han terminado y que el régimen del Buen Vivir representa otra página de la historia, con una nueva visión de patria donde impere la justicia para todos y no para pocos acostumbrados a enriquecerse con el trabajo de otros.
Los sediciosos con su estrategia ‘Todos contra uno’, irán cayendo uno a uno, en el desprestigio frente al líder invencible, Rafael Correa, que se eleva inalcanzable por su inteligencia, capacidad, preparación académica y su entrega a la causa de los pobres. Se garantiza a sí mismo con su vasta obra social y la apertura de la era de las reivindicaciones. (O)