¡No a la criminalización de la ignorancia! Sí al derecho a estudiar hasta el límite de las aptitudes y talentos

Con fecha 17 de octubre el presidente Rafael Correa llama fuertemente la atención a la Ministra de Justicia, se queja del movimiento Alianza PAIS, porque en el Código Orgánico Integral Penal, aprobado y firmado por el Presidente, se han pasado algunos artículos donde prácticamente se criminaliza la pobreza y con justa razón de forma inmediata firma el indulto a favor de un ciudadano carchense. El hecho es que por contrabandear 40 galones de gasolina se lo sentencia a ¡5 años de prisión! y por vender drogas, que es mucho más grave, la sanción mínima es tan solo de ¡2 años!

El problema es mucho más grave y profundo que la criminalización por ser pobre. Se trata de la criminalización por ser analfabeto, semianalfabeto, tener estudios básicos y de bachilleratos incompletos que coloca a las personas en situaciones de desventaja y reduce las posibilidades de obtener trabajos dignos por no encontrarse capacitados, cayendo en la marginalidad y la delincuencia. Se está violando el derecho humano a la educación como lo establecen muchas constituciones y la nuestra en los artículos 26, 28, 45 y 343. Por cientos de años se reprueba el año escolar por no aprobar una o más asignaturas, imposibilitando el derecho a estudiar hasta el límite de las aptitudes y talentos.

Por fin en Ecuador, el 10 de julio de 2014, en el art. 10 del Decreto Ejecutivo N° 366, se reforma el art. 196 del Reglamento General de la Ley Orgánica de Educación Intercultural de 26 de julio de 2012 y se establece que en los niveles de básica elemental y básica media (lo que antes se llamaba la escuela) para ser promovido al grado inmediato superior se requiere la calificación promedia de siete sobre diez. De esa forma se compensan los rendimientos inferiores a siete en diversas asignaturas, como lo planteamos décadas atrás. De esta manera se supera la injusticia y marginación que existía por cientos de años en Ecuador en la educación primaria. Sin embargo, en nuestra educación básica superior y bachillerato se mantiene el anacronismo, como en la mayoría de los países. Muchos ciudadanos no tienen trabajo digno, no por ser pobres, sino por tener una educación pobrísima y por lo menos el ser bachilleres, el actual art. 196 se lo impide.

El Gobierno Nacional debe invitar a los educadores y ciudadanos a un gran debate nacional para que se vuelva a modificar el artículo 196 del reglamento de la Ley Orgánica de Educación Intercultural y se generalice la promoción por promedio en la básica superior y el bachillerato, como con excelentes resultados se aplica en Chile.

El presidente Rafael Correa, como presidente pro témpore de la Celac, debe incluir este problema de trascendental importancia en la próxima cumbre y superar esta colonización mental y cultural de implicaciones antropológicas, educativas, económicas, sociales, culturales y políticas. No solo ahorra dinero el Estado y padres de familia por evitar repetir materias que ya se aprobaron, si no que respeta las diferencias individuales, las diversidades de aptitudes, talentos y discapacidades.

Evita una irracional pérdida de año. Permite que más estudiantes accedan a la educación. Se amplía la inclusión educativa. Se reduce la marginalidad educativa y social. Se reduce la frustración, la deserción, la drogadicción, la delincuencia y la desocupación. Se aumenta la autoestima. Se eleva el nivel cultural de los países y la humanidad. Se elimina el absurdo antipedagógico y crimen de lesa humanidad, como es lo que sucede en los actuales momentos cuando se estudia hasta el límite inferior de las aptitudes y talentos, y como si fuera la Gestapo decir a los estudiantes: ¡Te pillé desgraciado, hasta aquí estudias! Cambiemos esta vergonzosa situación. El estudiar hasta el límite de las aptitudes y talentos es la mejor forma para garantizar la equidad. (O)