El hombre es un ser social, ya que solo sobrevive en sociedad. Fuera de esta no lo podemos concebir. Y es un sujeto social activo, que modifica las condiciones de su actividad vital. Haciéndolo en el devenir histórico a través del trabajo.
El ser humano es el único de la naturaleza que ha fabricado sus herramientas para producir los bienes indispensables para su subsistencia. De ahí que el trabajo, como actividad productiva, es una necesidad colectiva orientada hacia la supervivencia social.
En la actualidad, comúnmente se entiende por trabajo toda actividad consciente que realiza el ser humano, con el objeto de producir bienes y servicios que satisfagan sus necesidades, por la que se paga un salario. El trabajo es sinónimo de empleo.
En nuestro país, el trabajo o empleo es un derecho humano garantizado constitucionalmente, como un derecho del Buen Vivir, fuente de realización personal y base de la economía. Lo que impone, necesariamente, incentivar la creación de fuentes de trabajo, tanto estatales como en el sector privado.
El Código de Trabajo nació bajo la presidencia del jefe supremo, general Alberto Enríquez Gallo, el 5 de agosto de 1938. El nuevo proyecto fue entregado al Parlamento el pasado 1 de mayo para su aprobación.
El empleo da dignidad, eleva la autoestima, contribuye al crecimiento espiritual del ser humano. En tanto que la falta de él afecta sicológicamente su vida y la de su familia, cuando carece de bienes para su subsistencia. O lo lleva a la depresión, a la angustia y a la baja de la autoestima.
De ahí que la estabilidad laboral es de gran valor moral para el trabajador o trabajadora. Y el desempleo, la mayor preocupación.
Actualmente, el salario mínimo vital es $ 340 mensuales. La ocupación plena se ubica en el 70,4%. No obstante de que la tercerización laboral y el contrato por horas fueron eliminados, que las empleadas domésticas pasaron a ser consideradas trabajadoras y que miles de personas con discapacidad son parte del sistema laboral, aproximadamente 8 de cada 10 empleos en el área urbana son generados por el sector privado.
El Ecuador vive un momento histórico extraordinario. No obstante, la vida es ahora más difícil y compleja, lo que obliga al gobierno de la Revolución Ciudadana a crear empleos estables, con salarios justos. Un buen gobierno no solo disminuye la pobreza y la desigualdad, sino que genera empleos.
Fundamentalmente hoy en día, que se impulsa el cambio de la matriz productiva, potenciando el desarrollo de la industria nacional.