Publicidad

Ecuador, 04 de Julio de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
+593 98 777 7778
El Telégrafo
Ecuado TV
Pública FM
Ecuado TV
Pública FM

Publicidad

Antonio Quezada Pavón

Lo que no miramos en la migración

12 de septiembre de 2019

Mi primer encuentro con la migración fue a raíz del triunfo de la Revolución cubana en 1959, pues empezaron a llegar los primeros refugiados cubanos. Claro que fue una pequeña migración, pues la Florida estaba más cerca y allá se dirigió la gran masa de refugiados.

Años después llegaron los migrantes chilenos; primero los de derecha, asustados por Allende y luego los de izquierda, aterrados por Pinochet. Y luego entraron por la frontera norte los desplazados por la narcoguerrilla o los paramilitares colombianos; y de la misma manera por la frontera sur, los que huían de Sendero Luminoso peruano.

Por otra parte, nuestra decisión de adoptar el dólar como moneda en curso atrajo a todo tipo de migrantes estos últimos 20 años. Claro está que de Ecuador salieron un par de millones de conciudadanos, especialmente a EE.UU. y a Europa. Pero hace años también migraron ecuatorianos hacia Argentina y Venezuela.

Y por supuesto, miramos con preocupación la decisión de deportar a los emigrantes indocumentados desde  EE.UU., pues la mayor parte tenemos un familiar o un amigo que se encuentra en ese país y reconocemos que hay un costo económico, político, psicológico y emocional por esas deportaciones. Pero, sobre todo, porque se rompen los círculos familiares y sociales.

Si hacemos un grosero cálculo, en nuestro país debe haber unos 2 millones de migrantes que llegaron en las dos últimas generaciones. Es decir que hay casi un emigrante por cada familia ecuatoriana. Y ahora nos toca enfrentar la gran migración venezolana, que pronto será el 3% de la población ecuatoriana. Habrá 500.000 círculos sociales y familiares con los que lidiaremos.

Ya somos parte de su especialidad culinaria, pues empezamos a consumir arepas y a entender lo que es el asado negro. Y muy pronto influenciarán en nuestra cultura. No es nuevo, pues muchos de los Libertadores fueron venezolanos. Y solamente si nosotros, los ecuatorianos y nuestro gobierno, entendemos que esta migración, como toda migración, crea fuertes vínculos familiares y sociales, podremos formalizar su presencia en el país y hacer que todos contribuyan al progreso común. (O)

Publicidad Externa