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El Telégrafo
José Gonzalo Bonilla

“Marido es, dejá que pegue nomás”

15 de junio de 2023

Los ecuatorianos en pocos días estaremos abocados a enfrentarnos a las urnas, más parecidas a cajas mortuorias que a la reedición del ejercicio de la vida democrática. La participación ciudadana responsable, hoy, es reemplazada por un acto obsceno del hombre masa, del hombre mediocre, tal y como lo llamó José Ortega y Gasset en su libro La revolución de las masas.

El filósofo español lo publicó en 1929, en éste, se recogen varios artículos publicados después de la Primera Guerra Mundial. Los artículos se referían a Europa. En la actualidad, su vigencia es más que actual y el radio de reflexión se amplía al mundo entero. El filósofo caracteriza al ser humano como unos individuos perdidos en la multitud y en la masa. El hombre masa es vulgar, prepotente, egocéntrico, a quien el Estado le debe todo. Este hombre masa hereda todo y, por lo tanto, debe procurarle absolutamente todo lo que este individuo requiere. 

Parafraseando a Ortega y Gasset, el hombre masa impone su voluntad sobre el interés colectivo. Vive feliz en el rebaño, pues el rebaño le da justificación de existencia. No le interesa entender su historia, ni su compromiso y solidaridad con su pasado. En este punto es importante diferenciar al hombre masa del hombre humilde. Este último se sabe ignorante. No se siente contento con su situación, pero eso le lleva hacia la solidaridad.

En cambio, el hombre masa ostenta su ignorancia. Se jacta de su vulgaridad, quiere ser y vivir como los demás. Por lo tanto, la masa lo que quiere es un líder, una autoridad, un jefe o un partido, una estructura que lo sostenga y que además de que la dirija, le haga sentir un ser valioso y superior. Todo ello le avala para gobernar. 

El hombre masa piensa lo que la mayoría piensa. Respalda como verdad todo aquello que la masa lo reconoce como tal. Tolera todo que la mayoría tolera.

En el caso del Ecuador, el hombre masa parecería que piensa que la naturaleza y la providencia le han otorgado todos sus derechos. Por lo tanto, en estas próximas elecciones el hombre masa será el que ponga el presidente.

Votarán por aquel que endeudó al país que se apropió de 70.000 millones de dólares porque, aunque haya robado, hizo obras de relumbrón y que se están descascarando. Votarán por el candidato que imitando a Arnold Schwarzenegger matará a todos los malos. Votarán por el abogado mestizo, antes defensor de los contaminadores de aguas de los ríos cuencanos y hoy convertido en un defensor de los jóvenes ecologistas

Pero no votarán, puesto que estoy pesimista, por el candidato que enfrentó con mayor valentía al gobierno más corrupto de la historia del Ecuador. Al fin y al cabo, el hombre masa ecuatoriano piensa que marido es, dejá que pegue nomás.

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