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El Telégrafo

Malcolm X y el Decenio

11 de febrero de 2015

En este Decenio  Internacional de los Afrodescendientes, ¿qué diría el hermano Malcolm X? Vale ese trato de ‘hermano’ medio siglo después de su muerte. Aquella familiaridad de la Negritud debió comenzar un día de esos cuando un hombre africano (o una mujer) se encontró, por casualidad del trasiego inhumano, con otro (u otra) en la diáspora forzada y decidieron inaugurar la resistencia por cualquier medio necesario, hasta eso de mandar al carajo sus diferencias nacionales. Malcolm fue asesinado, el domingo 21 de febrero de 1965, a las tres de la tarde con quince minutos; había llevado la resistencia contra cualquier forma de opresión al más alto nivel. ¿Cuáles serían sus palabras para que este Decenio no solo sea un chorro de baba?

Hace más de 50 años, refiriéndose a ‘su’ América (Estados Unidos), dijo: “Contemplo a América con ojos de víctima. Lo que veo no es un sueño americano, sino una pesadilla americana”. ¿Se ratificaría en sus términos ahora que hay un presidente negro? La respuesta ya fue recibida: “Yo no creo en eso de engañarse uno a sí mismo. No me voy a sentar a tu mesa con el plato vacío para verte comer y decir que soy un comensal”, discurso ‘El voto o la bala’, en Cleveland, 3 de abril de 1964. Ese cimarronismo político también está en nuestra conciencia negra en relación al Decenio. O al menos debería estudiárselo para su comprensión.

El concepto ‘reparaciones’ no gusta a los actuales gobernantes de los países esclavizadores y a los grupos sociales y políticos dominantes de las Américas, por la hecatombe que causaría en la narración costumbrista de la historia, vista desde los ojos de los beneficiarios de la esclavización. Bueno, que se la narre, pero también desde el palenque (o del cumbe o quilombo), mejor dicho con los afectos y efectos épicos del cimarronismo. Eso sería ‘Reconocimiento’ y ‘Justicia’, dos conceptos fundamentales del Decenio, el tercero es ‘Desarrollo’. Ralph Gonçalves, jefe de Gobierno de San Vicente y Granadinas, habló por el palenque de 150 millones de afrodescendientes y exhortó a los países de la Celac a ejecutar reparaciones. Y en este repicar del seseribó Gonçalves está hace bastante rato, ha escrito libros, dictado conferencias y el pasado 14 de diciembre, en La Habana, volvió con esa noble necedad.

Pero, ¿qué diría el hermano Malcolm X sobre este Decenio? Volvería quizás a la calle 125, en Harlem, Nueva York, a decirnos que “a nuestro pueblo se lo trajo involuntariamente aquí, contra nuestra voluntad. Por eso, si planteamos el problema ahora, no deberían culparnos por estar aquí”. Son líneas de su último discurso, del 16 de febrero de 1965. Diría, por ejemplo, que el reconocimiento y la justicia empiecen por desmontar esa ‘ciencia’ política del racismo mediante la ciencia persistente de la humanidad diversa; que nadie nos convenza de que estamos en desventaja (aunque es así), para que abandonemos modos políticos, intelectuales y culturales de resistencia. Algo de aquello diría.

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