Entregado a los designios imperiales, Macri se ha despojado de los ropajes que lo querían pintar como demócrata, cuando su verdadera función es la de provocar un cambio de 180 grados de la línea progresista que adoptaron los herederos de Artigas y de la Revolución Bolivariana en la que incursionaron varios pueblos de nuestro continente, en una lucha que será eterna mientras exista la humanidad, como determinante de la historia y mientras existan buitres al acecho de la especie humana.
Aquí hay algunitos frotándose las manos ante la expectativa de que el poder pueda caerles del cielo a sus manitas insaciables y embarcarse en la tarea de destrozar todo lo conquistado por el mundo de los desposeídos por la gestión del gobierno actual en materia de educación, salud, nutrición, con toda la inversión realizada por el régimen de la Revolución Ciudadana.
El asesor electoral de Macri ya anda revoloteando por estos lares ofreciendo sus servicios al que salga candidato de la fanesca politiquera, pero no puede olvidarse de que fue funcionario de los demagogos que ofrecieron morir en el intento y por desgracia no cumplieron, otros fueron parte del saqueo bancario, etc. En definitiva: los responsables de la ola de migrantes que tuvieron que salir del país para sobrevivir y, sin embargo, a través de sus remesas a familiares ellos ayudaron a sobrepasar la crisis, que esa misma gente había provocado.
La colectividad tiene que recordar estas hazañas de la derecha macrisista, so pena de volver al mismo cuento ya soportado.
Y no hay que tener miedo de enfrentar con todo rigor a esta maquinaria encargada de impulsar la restauración conservadora que el pueblo conoce a cabalidad.
La famosa unidad de ellos se desbaratará cuando los propios buitres empiecen a caerse a picotazos y no habrá corrupto que no salga mal parado, víctima de sus propias ambiciones.
El pueblo verdadero adherente a la Revolución lucha por nuestro futuro, no necesita más armas que decirle un rotundo no a los buitres y sus testaferros que ya planifican recuperar su poder al recibir su castigo en las urnas.
Solo queda esperar que las bases populares que tanto beneficio recibieron por la gestión del actual régimen mantengan sus banderas en alto y sean consecuentes con su futuro.
Ya empezaron a retornar los becarios formados en las mejores universidades del mundo que podrán contribuir a la implantación de líneas de trabajo para descubrir fórmulas e impulsar procedimientos que desarrollen nuevas matrices productivas que no tengan que ver necesariamente con los recursos hidrocarburíferos.
El futuro está en manos de esta juventud que, además de los aspectos científicos adquiridos durante sus estudios, asuman una responsabilidad con la patria y con el pueblo que, en definitiva, ha contribuido moralmente a la posibilidad de que ellos estudien en el exterior sin deberle nada a nadie en particular. (O)
