Los ecuatorianos no olvidan jamás el fallido ensayo golpista de la derecha, el histórico 30 de septiembre. Los sectores populares organizados, militares leales y grupos de jóvenes nos legaron como ejemplar enseñanza su decidida participación en las calles, en defensa de la democracia, el orden constituido y los principios de la Revolución Ciudadana.
Aunque en aquella época los sediciosos fugaron y se escondieron eludiendo la acción de la justicia, no se descarta otro intento golpista con nuevas artimañas, propias de los bandoleros, y el apoyo de los medios privados, ahora sí convertidos abiertamente en conspiradores, si comprobamos que sus periodistas y columnistas instigan a la oposición a tomarse las calles con proyección desestabilizadora del régimen del Buen Vivir.
Con el pretexto del proyecto de ley sobre la herencia y plusvalía, la derecha reaccionaria, banqueros, socialcristianos, madera de guerrero y traidores, sin sustento, de la noche a la mañana asumen dizque el papel de redentores de los pobres, cuando en el fondo, como avaros, sienten disminuir el crecimiento de la riqueza y en su angustia arman grupos belicosos para atentar contra el gobierno de Rafael Correa Delgado, y con ello detener el avance de la Revolución Ciudadana y proclamar, ilusamente, el retorno a la era neoliberal, del atraco, evasión de impuestos e enriquecimiento ilícito en perjuicio de los ecuatorianos pobres, los marginados de siempre.
Como la prensa comercial no ha podido ocultar la gigantesca obra social del gobierno de la Revolución Ciudadana, pese a la manipulación en el manejo de los sucesos y los comentarios cargados de odio, insiste ahora en alentar la trifulca callejera y otras estrategias, orientadas al derrocamiento del régimen del Buen Vivir. Ya se ha explicado con amplitud y argumento el alcance y efecto de las leyes por aprobarse, pero los grupos de poder económico, Cámaras de la Producción, asociaciones de productores, banqueros, ricos herederos de los gobiernos corruptos, entre otros, angustiados por el freno inevitable a su avaricia y al crecimiento voraz de su fortuna, no pueden disimular acciones conspirativas en marcha en procura de un golpe de Estado.
El gobierno de la Revolución Ciudadana se mantiene en alerta frente a otra peligrosa arremetida de la derecha retrógrada, pero no da tregua en la construcción de un nuevo país, con la guía de su líder Rafael Correa, eje del socialismo siglo XXI, sistema consagrado como el único para salir de la pobreza extrema y asegurar a los habitantes postergados a una vida digna y alejada de toda preocupación.
El crucial momento histórico impone a la dirigencia de Alianza PAIS la obligación de seguir fortaleciendo la organización y movilización de los sectores populares, campesinos, estudiantes y trabajadores en defensa de la democracia y de todo lo que se ha conquistado en beneficio de las mayorías.
A los empecinados golpistas que abogan por la restauración conservadora, les recordamos que el oprobioso pasado de explotación y miseria no volverá. (O)