Con mucha similitud al festín económico de Blatter y la FIFA, ahora la humanidad entera se enfrenta al escandaloso atraco del sainete denominado ‘Panama Papers’: un cruce de cuentas reservadas y destinadas a ocultar el tráfico de actos de corrupción al interior de los gobiernos o el traslado de esos dineros a los paraísos fiscales. También concurren a este gran atraco universal los poseedores de grandes fortunas, probablemente mal habidas.
A su tiempo y cuando impere la justicia contra la abominable impunidad, se conocerán los pomposos apellidos de los ‘grancacao’ porque allí no aparecen los carpinteros, los albañiles, los cargadores, que no tienen ni nunca han tenido recursos para parar la olla ni para educar a sus hijos, que es la única manera de que ese ejército a de obreros pueda salir del círculo de la pobreza.
Esa es la odiosa tragedia, no solo de nuestro país, sino que es una maña que afecta a todo el continente, en países donde la oligarquía, protegida por el imperio, decide el destino de todos los pueblos.
Ya vivió esta tragedia Bolívar, Martí y todos los próceres de esa primera independencia, para que hoy los pueblos del continente puedan asumir en sus entrañas el compromiso de luchar para sembrar y conquistar esa ansiada Segunda Independencia en la que todos los habitantes del continente tengan derecho de acceder a una educación libre, afectiva y gratuita.
El escándalo de Macri en Argentina es solo un aviso certero de lo que puede hacer la gente de su calaña, acostumbrada a saquear los fondos públicos y no le da asco ensuciarse las manos para llenarse los bolsillos de cuantiosas fortunas ilícitamente, porque no concibe otra forma de enriquecerse.
Lo mismo que a nivel universal hacen los poderosos del mundo, desde Estados Unidos hasta sus compinches de toda Europa, es decir, el poder oligárquico universal de las grandes fauces insaciables, capaces de desatar una guerra mundial por dominar la economía, de los ‘Papeles de Panamá’ y del resto del mundo.
No faltarán los enemigos del régimen para tratar de ensuciar a los funcionarios en este enredijo. (O)
