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El Telégrafo
Carolina Lanas

Lo más aprendido en los últimos diez años

02 de diciembre de 2017

Estamos todo el tiempo quejándonos por las consecuencias económicas que nos han dejado los diez años del último Gobierno. Pero poco a poco empezamos también a hablar (y desgraciadamente a ver) las desastrosas consecuencias psicosociales que dejó la muy cuestionable Revolución Ciudadana. Se me viene a la mente, por ejemplo, un fenómeno aterrador al cual nos estamos enfrentando todos los días.

En los años 60, un psicólogo llamado Martin Seligman inició una investigación donde descubrió que un ser vivo deja de intentar defenderse o buscar ayuda ante situaciones aversivas si después de muchos intentos su accionar no es efectivo. El sujeto se acostumbra a los estímulos dañinos porque se convence de que no hay nada que pueda hacer al respecto, se vuelve un ser miedoso, quieto y resignado. La famosa indefensión aprendida, ¿todo esto nos suena familiar?

Pienso que, sistemáticamente, el anterior Gobierno utilizó esta “técnica” para lograr un total control social. Nos desmoralizaron, nos hicieron sentir que no hay nada que hacer si no es a su manera, que no sirve de nada protestar o exigir, que la justicia solo funciona para los “simpatizantes” del Gobierno. No podíamos expresar nuestras opiniones porque éramos castigados por no estar alineados al régimen. En educación, se adoctrinó para admirar a quienes han utilizado la violencia y el abuso como medio para alimentar sus egos. Todas características de una cultura sumisa.

Y entonces no nos quedó más que caer en las consecuencias del síndrome: una sola “quejadera”, pesimismo, odios y resentimientos, idealización de los “poderosos”, conformismo y la crítica sin soluciones. Todas señales de retroceso en cuestión de desarrollo sociocultural, de sociedades donde el abuso (en todos sus aspectos) predomina. Tomará años volver a una cultura de paz y libertad, años para sacudirnos de la indefensión aprendida.

Yo empiezo, declaro que sí tengo esperanza en la mayoría que luchamos por ser personas seguras, honestas, amables, justas y empoderadas. (O)

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