En estos tiempos de clarificación de los aspectos nutricionales, es importante diferenciar sus tres dominios: el biológico de la herencia animal, el cultural de los diversos grupos y el social con la presencia del Estado y el mercado. En el primero sorprenden los aspectos evolutivos, pues desde las esponjas (seres marinos inmóviles) hay células especializadas para esta función con ‘poros’ como filtros vivos para que el agua circule y se extraigan los organismos microscópicos y el oxígeno como alimento, eliminando bióxido de carbono y productos de desecho.
Los celentéreos, hidras y medusas, tienen intestino de una sola abertura, la boca, con una capa tisular interna o ‘gastrodermis’ para la circulación alimentaria. Los gusanos más sencillos tienen tubo digestivo completo con boca, esófago, intestino y ano para eliminar los desechos. Función digestiva ya separada de la circulatoria con glóbulos rojos de hemoglobina. Los gusanos redondos, parásitos como los áscaris, tienen tubo digestivo completo. Los invertebrados superiores, gusanos segmentados como la lombriz de tierra, tienen tubo digestivo con boca, faringe, esófago, dos estómagos, intestino y ano.
Los vertebrados se alimentan de plantas que utilizan la energía solar, y de otros animales que la toman al ingerir plantas y otros animales. Una prueba de la evolución biológica es que la hemoglobina solo se diferencia de la clorofila en que esta tiene en su centro un átomo de magnesio mientras la hemoglobina uno de hierro. Los animales comen hasta satisfacerse, no exageran, pero hay animales domésticos flacos y gordos, como son sus dueños.
Los grupos culturales han tenido en la historia, por sus creencias religiosas, disposiciones y hábitos especiales, como no comer carne de vacunos, o jamás la de cerdo, o no consumir alcohol. Hay grupos que en ciertos períodos se abstienen de comer carne, o ayunan del todo, o consideran la gula como un pecado capital. Sembrar, cosechar, preparar los alimentos, son asuntos culturales, como consumirlos familiarmente o en otros colectivos, en torno a mesas o de otras maneras.
Finalmente, en el dominio social, en las sociedades de mercado se han dado, por una parte, los problemas del hambre y la desnutrición, y por otra, los de sobrepeso y obesidad. En estas sociedades la publicidad de productos alimentarios, como mercancías, ha generado necesidades adictivas de consumo, de sal, dulces y grasas, que solo el Estado puede regular para mejorar la calidad de vida.
