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El Telégrafo
Nathaly Pernett

Las gafas violetas

07 de marzo de 2022 - 00:00

Creo que todos sabemos que el 8 de marzo de 1911 hubo una huelga de mujeres en una fábrica de telas de Nueva York; quizás lo que no sabías es que el dueño de la fábrica no tuvo mejor idea para “contener la huelga” que prender fuego a la fábrica ¡con todas las mujeres dentro! Y que como resultado murieron 146 mujeres; el humo del incendio era violeta porque las telas eran violeta. Y, de ahí  el color del feminismo y la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

 

Entonces, si ese día se conmemora el femicidio de mujeres que luchaban por sus derechos laborales, que hasta el día de hoy son desiguales para nosotras (brecha salarial). ¿Por qué nos enseñaron que ese día era un día de celebración y festejo a nuestra belleza y sutileza, un día para darnos flores y decirnos que somos lo más lindo del universo, mientras sonaba una canción de Arjona?

 

Yo, como feminista, tuve que deconstruirme tanto, tanto, tanto en una sociedad machista y en un país como el nuestro; que me convertí en una mujer incómoda cuándo entendí que mi valor es el mismo que el de otra persona, independientemente de mi género y  empecé  a exigir ser tratada con equidad.

 

Me encontré con demasiada resistencia, ignorancia y antipatía, que decidí darle una voz pública a estos temas que generan rechazo, pero desde la empatía. Para que entiendas por qué es importante esta lucha, por qué nos une a todas y, sobre todo, por qué ganamos todos al tratarnos con equidad. Si bien las más reactivas somos las misma mujeres, es importante entender a qué nos estamos enfrentando:

 

  • Sexismo: El sexismo es pensar que las personas tienen habilidades y capacidades diferentes por ser hombres o mujeres.
  • Machismo: El machismo es una forma de entender el mundo que piensa que los hombres son superiores y mejores que las mujeres.
  • Patriarcado: El patriarcado es una forma de organización política y social que da ventajas a los hombres y no permite a las mujeres decidir sobre sus vidas.

 

Dejemos ya las etiquetas banales que alimentan la pésima, fatua y superficial publicidad que le dan al feminismo, tanto que asusta a muchas mujeres autodefinirse como tal. Quiero contarles como feminista que sí me depilo, que no me incomoda que me abran la puerta del auto, y que me gustan los hombres. Todas estas son acciones que yo las DECIDO: No tener vello, abrir una puerta, mi inclinación sexual; justamente porque esta es la base de la “terrible idea revolucionaria” que pretende darnos libertad a las mujeres para que tengamos nuestras propias elecciones y tomemos nuestras propias decisiones. Esta es la base del feminismo, la lucha por la equidad, entendida como la igualdad tangible y accesible de derechos entre hombres y mujeres.

 

El feminismo nos devuelve la libertad y la dignidad a las mujeres, porque el mundo no puede llamarse humano si lo construyen sin contar con nosotras, por eso el feminismo nació hace 300 años cuando un grupo de mujeres se dio cuenta que no éramos  tomadas en cuenta y que vivíamos en total opresión (significa que estás sometida a otra persona, que no puedes decidir sobre tu vida), solo por ser mujeres.

 

En todos los momentos históricos y en todos los lugares de mundo, hubo, hay y habrá mujeres que se organicen para enfrentarse ante la inequidad; y gracias a eso hoy tu (pese a que no te consideras feminista) tienes derechos, estudias, trabajas, votas y hasta usas pantalón. Quizás  mucho te suene como una ridiculez, pero hoy lo das por sentado gracias a que alguna feminista  en el pasado alzo su voz, soporto humillaciones y críticas para que tu hoy des por sentado algo. 

 

Por eso siempre pregúntate ¿qué estoy haciendo por las que vienen detrás? Este 8M ponte las gafas violetas seas hombre o mujer y eduquémonos TODOS. Es momento de redefinir roles y reconocer el privilegio del acceso a educación para trabajar por aquellas que no lo tienen, ya que este es el único camino para luchar contra la violencia económica, patrimonial, social, vicaria, emocional, psicológica, sexual y física que  persigue día a día a nuestro género, el feminismo es la mochila completa de igualdad y equidad en derechos y obligaciones.

 

 "No pido favores para mi sexo. Todo lo que pido de nuestros compañeros es que quiten sus pies de nuestros cuellos” RBG.

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