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Edmundo Vera Manzo

Las fuerzas de centroizquierda: entre los límites impuestos por la dominación y su liberación

09 de enero de 2016

En cada momento histórico las decisiones políticas, las medidas económicas, el quehacer educativo, las expresiones artísticas y tantas otras manifestaciones sociales no son neutrales, favorecen a unos grupos económicos más que a otros. Los económicos van de los extremadamente ricos, los ricos, pasando por varios grupos hasta llegar a los pobres y extremadamente pobres que viven en la miseria y la marginación total. Los grupos de poder político de extrema derecha se esconden en múltiples partidos para engañar a los sectores medios y pobres. En España el partido Popular favorece generalmente a los más ricos y ricos; existen otros grupos de derecha hacia el centro que han asumido las creencias de la extrema derecha y en el plano económico y social corresponden a otros sectores. Igualmente existen movimientos y partidos políticos de extrema izquierda que expresan cambiar las relaciones de poder para beneficiar a los pobres. Desde el centro hacia la izquierda existen partidos y movimientos progresistas, que se esfuerzan por respetar los derechos humanos y las conquistas democráticas con relación a los movimientos y partidos de la derecha política; se encuentran más al servicio de la pequeña burguesía, sectores medios empobrecidos, pequeños productores y microempresarios. Los partidos y movimientos de centroizquierda, cada día más al centro, incluidos todos los socialistas europeos y muchos comunistas, renunciaron desde hace décadas antes del hundimiento de la Unión Soviética a cambios profundos en sus respectivos países y se doblegaron ante las imposiciones del FMI, del Banco Mundial (BM), que favorecen a las multinacionales en las controversias con los países.

Se subieron a los carros de guerra de las alianzas regionales, el peor ejemplo es el de Felipe González y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al que le queda casi nada de socialista, obrero y español. Los partidos, movimientos y frentes del centro hacia la izquierda en América del Sur, Central y el Caribe, en gran parte se han encontrado atrapados por la dominación política y económica de las transnacionales y las oligarquías criollas (Brasil, Chile, Uruguay, Nicaragua, El Salvador y República Dominicana). No se han dado cambios en las constituciones y siguen dominando las imposiciones de las dictaduras anteriores y con aperturas económicas a favor de las transnacionales. Con mayor apertura a los servicios sociales (educación y salud) hacia los sectores medio y pobre. Sin cambios estructurales en las relaciones de poder, ha sido y es una izquierda pragmática que tan solo ha administrado mejor las viejas estructuras de dominación interna y limitadas a lo que los organismos financieros internacionales lo han permitido.
Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina antes de Macri, son los países que han logrado mayores grietas en los moldes de la dominación oligárquica e imperial.

Si se continúa tan solo administrando mejor el statu quo, sin profundizar los cambios, se agotará el ciclo, al faltar recursos para satisfacer crecientes necesidades, la corrupción burocrática y la acción de la contraofensiva conservadora mundial. Ejercer el pensamiento crítico y aplicarlo a la autocrítica de la gestión pública realizada, romper los moldes mentales y desmontar creencias limitadoras y autodestructivas. El reto mayor es convertirse en una nueva izquierda preponderantemente creativa e innovadora, que permita el desarrollo del potencial creativo de toda la población, en especial de los pobres y los extremadamente pobres, a través de una educación y capacitación hasta el límite superior de sus aptitudes y talentos, y se conviertan en productores creativos, libres y dueños de su propio destino. (O)

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