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El Telégrafo
Orlando Pérez, Director de El Telégrafo

Las derechas y las ‘izquierdas’ en plena sintonía

16 de febrero de 2014

Una de las mayores angustias de Lenin y Fidel en los inicios de sus procesos revolucionarios (cuando las definiciones, contradicciones y tensiones se observaban en cada acto, discusión y medida tomada) fue el rol que jugaron los grupos, individuos y dirigentes de esas izquierdas que habiendo apoyado el proyecto quisieron constituirse en los apoderados y hasta gerentes propietarios del mismo.

Y no es que les faltaran atributos, derechos y hasta condiciones, pero era cierto que si no se hacía lo que ellos decían no había revolución y, para más, la calificaban de retroceso, derechización y una serie de epítetos. De hecho,  las revoluciones rusa y cubana ocurrieron en países con graves problemas económicos, estructuras dependientes, precariedad agraria y una grave represión dictatorial. Y sobre esa situación las ‘izquierdas’ tenían recetas que no daban ningún resultado porque olvidaron que el objetivo de fondo era la toma del poder y no solo ganar unas elecciones u ocupar puestos.

Ahora, cuando vemos una plena sintonía de las ‘izquierdas’ y las derechas en las elecciones municipales vuelven estas reflexiones  sobre el rol de ciertos actores autodenominados ultrarrevolucionarios, que con su purismo y hasta supuesto radicalismo no hacen sino favorecer los retrocesos.

Salvo por lo que ha expresado Norman Wray (su voto a favor de Augusto Barrera), en la Unidad Plurinacional de las Izquierdas es evidente el  más y mejor apoyo tácito a Jaime Nebot y Mauricio Rodas, las dos candidaturas de la derecha.

En esas tiendas (Pachakutik y MPD, por ejemplo) se dice que el Gobierno actual se ha derechizado y, en función de ese discurso, sin argumentos de fondo, ahora ‘se hacen los locos’ apoyando tácitamente a  la derecha, aunque sus candidatos a las alcaldías, prefecturas y juntas parroquiales salgan a las calles a ‘confrontar’ con todo el mundo.

¿Volveremos a escuchar esos argumentos (que también usaban los ultraizquierdistas de Rusia y Cuba) de que al votar por Rodas y Nebot se agudizarán las contradicciones sociales y políticas para afianzar la revolución? ¿Tendremos por delante el cálculo izquierdoso de que tumbado el régimen de turno les tocará a ellos su oportunidad en el escenario electoral y político?

Por lo que se ve, lo más decente sería una actitud crítica, responsable y frontal para intensificar el proceso político de transformación, pero no coquetear con la derecha por animadversiones personales e intereses particulares.

La izquierda está obligada a transformar la realidad y no olvidemos que el capitalismo global de ahora es la mejor expresión de lo que ya advirtió Marx en 1848 y requiere una visión revolucionaria y no coqueta con la derecha defensora del capitalismo ultraneoliberal de hoy. Y si en cada disputa política (aunque sea electoral) ponemos eso por delante, el reto va más allá de los personalismos o grupismos.

 

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