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Qué difícil es entender la naturaleza de los seres humanos, los cambios que la acumulación de poder y de riqueza causan en los individuos, la necesidad de aplastar a los otros a costa de la vida misma.
La presencia de las armas nucleares y de su uso tiene ya larga data y su proliferación pone cada vez más en riesgo el destino de la humanidad y hasta del planeta.
Cada vez más países tienen en sus manos la letal posibilidad de desatar o desencadenar un desastre global, de consecuencias impredecibles, con la gran capacidad de desastres globales que el enriquecimiento del uranio puede producir, con niveles de destrucción multiplicadores conforme pasan los tiempos y la posibilidad de construir armas cada vez más letales crece.
La sola mención del poderío nuclear espanta, y son varias veces en las que se utiliza la amenaza de usar estas fuerzas destructivas en contra de enemigos reales o creados, con el afán de intimidar a los otros.
Así, en la guerra de Ucrania, Rusia, la potencia invasora ha amenazado en varias oportunidades con la posibilidad de usar armas nucleares, atemorizando al país atacado pero también intimidando a los posibles aliados, con el uso de esa fuerza de gran poder destructivo y que podría causar una guerra de consecuencias fatales.
De igual manera, la posibilidad de que el Irán gobernado por los Ayatollahs, llegue a estar en la capacidad de crear bombas nucleares luego de avanzar en los procesos de enriquecimiento del uranio en el que están ya empeñados por décadas, pone los pelos de punta a todos los países de la región y explica la decisión del gobierno israelí, tantas veces amenazado de destrucción total, de tomar la iniciativa para desmantelar esa posibilidad.
Corea del Norte hace experimentos y amenaza a su vecino Corea del Sur, con los males de una guerra nuclear y también hace que toda la región asiática se vea afectada.
¿Cómo el ser humano, capaz de tantas creaciones maravillosas sigue atado en su destino a la posibilidad de desatar las fuerzas destructoras de la energía atómica? ¿No somos capaces de generar sociedades más positivas, menos amenazantes y destructoras?