Si hay un pueblo, un país, un gobierno y una revolución que se identifica a plenitud con la solidaridad, practicada en todas las formas, a todos los países, a todos los Estados y en todos los tiempos en cualquier lugar del mundo, la referencia es Cuba y los cubanos.
Los ecuatorianos que deseen retribuir lo muchísimo que ha hecho Cuba por nosotros, deberían hacerse presentes, atendiendo la invitación que formulan la Coordinadora Ecuatoriana de Amistad y Solidaridad con Cuba, el Instituto Cultural Ecuatoriano Cubano José Martí, la Asociación de Padres y Madres de Becarios de Ecuador en Cuba, la Asociación de Graduados Ecuatorianos en Cuba y la Asociación de Cubanos Residentes en Ecuador, a la 17ª Asamblea Nacional de Amistad y Solidaridad entre nuestros dos países, que tendrá lugar el sábado 5 de julio, a partir de las 09:00, en el Centro Cívico Eloy Alfaro de Montecristi. Cuba fue el baluarte científico para la implementación de los programas Manuela Espejo y Joaquín Gallegos.
Últimas cifras revelan que 140 mil ecuatorianos recuperaron la vista con la ‘Operación Milagro’, 600 mil viviendas ecuatorianas intervenidas para controlar el dengue, 25 mil niños fueron detectados con deficiencias auditivas, 438 mil niños recién nacidos con enfermedades congénitas detectadas fueron aliviados, 679 pies diabéticos fueron salvados de amputación, 113 jóvenes hacen su posgrado en Cuba en medicina integral, miles de becarios y de pacientes son beneficiarios de esa solidaridad; 220 mil personas humildes fueron alfabetizadas, miles de jóvenes se han beneficiado de becas, mientras miles de deportistas se capacitan con instructores cubanos y se convierten en medallistas.
Esta generosa solidaridad con los ecuatorianos se reproduce en casi todo el continente, y lo mismo sucede en otros espacios del mundo.
El principio de la generosidad cubana no es ayudar con lo que les sobra sino con lo que los demás necesitan, sin egoísmos, sin condiciones, sin pedir nada a cambio.
Y todo esto a pesar del bloqueo comercial genocida de que es víctima la isla mayor de las Antillas y de los ataques que afectan su normal desarrollo.
Cuba fue expulsada de la OEA por ser un ‘mal ejemplo’ para América Latina: su perseverancia en la supervivencia y los logros alcanzados en la educación, la ciencia y tecnología le permitieron alcanzar un nivel apreciado de equidad y justicia social.
De ahí que su presencia en la próxima reunión de las Américas será una victoria que debe ser respaldada con gratitud por la sociedad ecuatoriana.