Publicidad

Ecuador, 22 de Mayo de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
+593 98 777 7778
El Telégrafo

Publicidad

La serpiente sigue presente

28 de agosto de 2011

Sin duda todos recordamos aquel relato del libro de Génesis sobre la serpiente del Paraíso, cuando esta convenció con astucia y artimañas a la ingenua Eva, para que probara el fruto del árbol prohibido y lo diera luego a su compañero, bajo la expectativa de que serían igual que Dios. Esta simbología revela la torpeza y la ambición humana que nos lleva al extravío, víctimas de la manipulación de otros seres que por odio, envidia, celos, revanchismo o cualquier otro perverso sentimiento, manipulan a las almas débiles para perpetrar su maldad.

No se trata de aquel animal cilíndrico y alargado que se arrastra sobre su vientre y que todos conocemos en sus diversos tipos, se trata de la rastrera actitud de quienes no actúan de manera recta y frontal cuando por algún motivo se sienten inconformes con otros, sino que se esconden o parapetan detrás de terceros, para dar rienda suelta a sus mezquindades y malvadas frustraciones.

Hoy, al igual que en los albores de la población de nuestro planeta, el hombre está sujeto a los mismos acechos y posee similares características psicológicas, pues la astuta y manipuladora  “serpiente” que un día engañó a Eva despertando su codicia para hacerla caer en el error, vive en el corazón de los traidores e ingratos para envenenar su alma y extraviarlos del buen camino. Pero estos últimos no son -de manera alguna- inocentes, sino que, siendo dueños de sus decisiones, abrieron las puertas a la codicia, ante lo cual un día recibirán su merecida retribución.

Entre las variadas tentaciones que nos acechan día y noche, la del dinero siempre ocupará un lugar preponderante, pues con él se consiguen todos los bienes materiales y las posiciones más privilegiadas en este mundo egoísta y perturbado, por lo cual el apóstol Pedro recomendó estar atentos porque el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar. De manera que, sobre todo, cuando se trate de dinero, vigilemos para no dejarnos devorar por la tentación.

Qué lejos estamos -a veces- de entender el significado de la verdadera religión, pues el fin de semana vamos al templo o a la iglesia, como para darnos un baño por fuera ante los ojos de los demás, mientras por dentro, la serpiente sigue enroscada y con sus fauces abiertas destilando el veneno de su maldad, sin que entendamos que no hay secreto ni engaño para Dios. Con razón Voltaire dijo: “Cuando se
trata de dinero, todos son de la misma religión”.

Publicidad Externa