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El Telégrafo
Alfredo Vera

La ruta del Che

13 de octubre de 2015

Los grandes personajes que dinamizaron el desarrollo de la historia política dejaron sus aportes que se hicieron palpables y penetraron en las mentes de la humanidad por los valores que emanaron de sus actos, de su pensamiento,  de lo que escribieron, de lo que hablaron, de su ejemplar conducta en todos los aspectos de su existencia y del paso por la vida.

Uno de ellos, sin lugar a la menor duda, es ese ciudadano de la Patria Grande nacido en Argentina, pero desarrollado en la isla de Cuba y estructurada su grandeza humana en todo el continente americano, es el eterno comandante guerrillero, Ernesto ‘Che’ Guevara de la Serna, que acaba de cumplir el 8 de octubre un año más de su asesinato en Bolivia por orden de la CIA.

En su transitar, a mitad de camino, tuvo la oportunidad de pasar por Guayaquil por unos dos meses y ampliar su conocimiento de la realidad de este continente al que quiso contribuirle en la lucha por su segunda y definitiva independencia.

Paradojas del destino hicieron que quienes le arrendaron una habitación en el barrio Las Peñas (el matrimonio Safadi-Moreno) le consiguieron que viajara, en calidad de médico, en un barco bananero de la transnacional United Fruit, que lo llevara hasta Panamá, escala previa a llegar hasta Guatemala que vivía el proceso progresista comandado por Jacobo Arbenz, donde conoció a la peruana Hilda Gadea con la que llegaron a México, y más tarde para empezar su odisea guerrillera, reclutado como médico por el propio Fidel Castro, para participar en la extraordinaria odisea de la Sierra Maestra.

En su hermosa y sentida carta de despedida dejada para Fidel, el ‘Che’ vuelca sus sentimientos de realismo que implica la alternativa de vencer o morir en su demanda de crear otros Vietnam para seguir superando el perjuicio a la dignidad social que predomina en el capitalismo y su herramienta el neoliberalismo, optando por proliferar los focos insurreccionales para cambiar la estructura del poder que compartieron el imperio y las dictaduras promovidas y alimentadas por la CIA.

Con esa percepción, el ‘Che’ advirtió  que ante la experiencia de los agravios del coloniaje al imperio no hay que concederle ni creerle un tantico así…

Su ejemplo debe mantenerse presente y cuidar que predominen los valores patrióticos de dignidad, solidaridad y equidad que irradia el ‘Che’ y su sacrificio, que culminan con la conocida  frase final cuando le anticipa  y le dice a su asesino que  va a matar a un hombre.

El hombre nuevo que debe poblar nuestro continente.

Si de algo podemos y debemos sentirnos orgullosos y bendecidos en la vida, es haber podido estrechar la poderosa mano de  este visionario convencido del surgimiento de ese hombre nuevo, que ya camina por el suelo de América Latina. (O)

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