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Histórica instalación de la Asamblea Nacional vivimos en el país, dada su composición de jóvenes y del 40% de mujeres, aquello demuestra que en la política hoy tenemos mayores espacios; pero conseguirlos no ha sido fácil, pues se necesitó levantar la voz de forma permanente, conquistar espacios en lo público, en los partidos y movimientos políticos, y demostrar capacidad.
El Ecuador ha sido y es aún una sociedad patriarcal, reflejada con énfasis en la actividad política, en donde las mujeres hemos sido minoría y relegadas a papeles secundarios. De ahí la importancia del salto histórico de tres mujeres al mando de la Asamblea Nacional. Sin embargo este hecho es también producto de la lucha de miles de ecuatorianas que vienen organizándose y demandando durante varios años, así en lo político lograron la participación equitativa de mujeres y hombres en los procesos de elección popular como norma constitucional (1998) y se avanzó progresivamente al 50-50% en listas electorales.
Estas conquistas fueron reconocidas e incorporadas en la Constitución 2008, siendo la paridad una constante en toda la Constitución, que incluye el sistema electoral y demás funciones del Estado a fin de alcanzar la igualdad, elemento básico del Buen Vivir.
Preciso esta reseña porque las mujeres hemos aprendido a conquistar espacios, en lo profesional, político y en el núcleo familiar; a pelear por cada derecho desde el acceso a la educación, salud, trabajo, al crédito y a la propiedad. Todo esto alcanzado con organización, movilización permanente y voluntad inquebrantable.
De ahí que llegar es importante, pero no suficiente, y lo entendemos cuando las cifras reflejan que 6 de cada 10 ecuatorianas sufren violencia de género, que nuestra sociedad sigue hablando de crímenes pasionales, que aún la moral impuesta desde los púlpitos influye en la vida sexual y reproductiva de nuestras mujeres pese a vivir en un Estado laico; que aún los partidos y movimientos políticos no han entendido el verdadero papel de la mujer en sus estructuras.
Por ello, la Asamblea Nacional tiene mucho por hacer en beneficio de las miles de Manuelas y herederas de guarichas; está por ejemplo tipificar el femicidio, reformar la Ley 103 que permita mantener los amparos y casas de acogida, así como la seguridad social para amas de casa y jefas de hogar, entre otras, que sin duda van a mejorar la vida de nuestras abuelas, madres e hijas. Solo así, con igualdad, haremos la revolución.