Ecuador, 04 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

La razón y la fuerza

27 de agosto de 2012 - 00:00

El canciller Ricardo Patiño en la OEA apeló a un aforismo que es más sólido que una catedral: “La razón no pide fuerza”, y la reciente historia lo saca verdadero: no solo la ALBA, que como grupo de países está hermanado con Ecuador, sino que Unasur, donde hay países que no comulgan exactamente con el  nuestro,  le otorgó el voto unánime de confianza a la política de asilo de Ecuador, y, para remate, la OEA, con la exclusión de Estados Unidos y Canadá, por unanimidad, respaldaron la posición de protesta contra la amenaza del Reino Unido y se solidarizaron con nuestro país, poniendo en evidencia que la razón no pide fuerza.

A despecho de los pronunciamientos de voceros de la oposición que por odio a Correa son capaces de traicionar hasta a la progenitora, el Ecuador ha recibido un respaldo inmenso que rebasa las fronteras de la Patria Grande por haber mantenido en alto los principios de la soberanía y dignidad en el caso del asilo a Julian Assange.

Los críticos de la oposición, agoreros del desastre, pronosticaron que todo era una farsa y que la política internacional del Ecuador saldría resquebrajada, lo que, evidentemente, no sucedió.

Sabiendo que todo lo que hace un hombre, un grupo humano, o un pueblo, tiene un contenido político, no cabe la menor duda de que la imagen del Presidente saldrá favorecida por el respaldo interno, que será tan importante como el respaldo externo.

Igual cosa sucederá con la aplicación de la revisión del 100% de las firmas para limpiar la podredumbre del tráfico de identidades humanas, a manos de la moribunda partidocracia.

Los mismos voceros de la oposición pretendieron descargar su culpa del tráfico de firmas aduciendo que era una maniobra del Gobierno  para descalificar a los partidos en el proceso electoral, ante la certeza de que van a ser derrotados en las urnas.

Por faltos de ética o de inteligencia pretendían no darse cuenta de que mientras más se dividan en grupúsculos carentes de respaldo, mayor será su derrota porque ello contribuye a la sentencia de Maquiavelo de que hay que dividir para reinar.

Ellos solitos se dividen, sin necesidad de manipulación alguna, porque las ambiciones de figuración los mata.

Contenido externo patrocinado