Nos conocimos en los inicios de los años 60, en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil. Llegó de Quito, graduada de bachiller en el colegio religioso La Inmaculada. Por supuesto con posturas ideológicas totalmente opuestas. Las confrontaciones verbales entre las dos eran permanentes. Egresadas, no nos vimos durante mucho tiempo. Las circunstancias de la vida nos llevaron a encontrarnos, ya como Abogada y destacada Periodista, con muchas coincidencias ideológicas. Desde entonces nació una entrañable amistad fraternal, que se fortaleció con el tiempo.
Juntas organizamos el Comité “Pro-celebración del Año Internacional de la Mujer” en 1975, declarado por la ONU con miras a obtener la igualdad de oportunidades entre los sexos, el cual dio resultados positivos en nuestro país. Nos representó como delegada en el Comité para la Eliminación de toda discriminación contra la Mujer (Cedaw-1990-94), en Dinamarca.
No conoció el Marxismo. No le hizo falta. Profundamente católica. Comprometida con la Iglesia de los pobres, comentábamos frecuentemente sobre la corrupción del Vaticano, la actitud renovadora del Papa Francisco, su Encíclica “Laudato sí”, sobre el cuidado de la naturaleza, y del peligro que corría.
Afiliada a la Izquierda Democrática, durante este gobierno desempeñó las funciones de Sub-Gerente de Difusión Cultural del Banco Central del Ecuador, Regional 2, desde donde realizó una amplia gestión cultural, sobre todo en los sectores populares.
Indudablemente, su mayor aporte a la nación fué su iniciativa de reivindicar la obra magna Alfarista, tan venida a menos durante más de un siglo. Para lo cual convocó a un grupo de hombres y mujeres progresistas, quienes constituimos el Comité Cívico Nacional Alfaro Siglo XXl. Luego de duro bregar, el 23 de Septiembre del 2003, en el Palacio Nacional, en hermosa ceremonia, se suscribió el decreto mediante el cual declaraba a Eloy Alfaro Delgado “Héroe Nacional, Héroe Insignia del Ecuador”. Reivindicamos, así mismo, la canción “Patria”, Tierra Sagrada, que se remonta a la Revolución Liberal.
Con el auspicio de un grupo de amigos, publicó su libro Retazos de Vida, a fines del 2005. Un compendio de sus artículos publicados en el diario Expreso, desde finales de 1999 hasta ese año. Su lanzamiento tuvo lugar en la Casa de la Cultura. De acto académico se transformó en político, pues prácticamente en esa noche nació la candidatura presidencial de Alianza País. Poco antes de morir, la visitó el presidente Correa, llevándole una estatuilla de la Virgen, de Legarda, lo que le dio mucho aliento.
En el campo clasista, perteneció al Colegio de Abogados del Guayas, al Colegio de Periodistas del Guayas, a la Federación Nacional de Periodistas, recibiendo valiosas premiaciones. El pasado 5 de Enero el Círculo de Periodistas del Guayas le otorgó la medalla Al Mérito Periodístico. Laboró en Diario El Telégrafo, desde el 2010, siendo una de sus directoras.
Soportó con estoica resignación su cruel y larga enfermedad.
Se nos fue el pasado viernes 13 de noviembre. Día fatídico, en que prácticamente se ha iniciado la tercera guerra mundial, poniendo en peligro al género humano.
Descansa en paz, querida amiga y compañera. En este momento de profundo dolor, parafraseando a Martí, te digo: “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”. (I)