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A través de la presente reflexión expreso mi admiración a Alberto Methol Ferré (1929-2009), uruguayo, filósofo, precursor de la teología latinoamericana, pensador de la integración sudamericana, partícipe de la construcción de concilios ecuménicos con raíces nuestras y amigo del papa Francisco. Examino uno de los temas que considero de importancia: la integración sudamericana y la mentalidad enana.
En ningún momento Alberto Methol se refería a las personas que por su naturaleza son enanas, que le merecían respeto como seres humanos, sino a aquellas que, cualquiera sea su tamaño como persona y país, tengan actitudes y espíritu de enanos, de sirvientes. Seguramente tomó la expresión de los enanos de las cortes que actuaban como bufones, payasos, que les gustaba adular, hacer reverencias, sumisos, cobardes, capaces de aceptar cualquier humillación contra su dignidad, con tal de que les permitan medrar, recoger algunas migajas de los reyes y emperadores.
Lamentablemente existen países que aceptan ser paraísos fiscales, de las drogas, de la prostitución, de los juegos de azar, de la explotación sin límites de los bienes naturales y de los seres humanos de parte de las potencias extranjeras, con tal de beneficiarse en algo de la vergonzosa situación, de la cual son conscientes. Incluso, cierto grupo de intelectuales ubicados en la izquierda latinoamericana ha caído en la situación de no sobrepasar los límites que le impone la dominación extranjera y contentarse con los préstamos y dádivas que reciben por ser buenos enanos sirvientes.
En el presente, los enanos sirvientes en América Latina y el Caribe todavía son muchos: profesionales de diferentes campos, participantes en los diferentes medios de comunicación colectivos, dirigentes políticos, padres de familia y ciudadanos que aceptan los males mayores con tal de que les permitan algunas migajas, tener algún trabajo, sin importarles su miserable situación. Los peores enanos sirvientes son los convencidos de ser enanos sirvientes.
Son intelectuales muy inteligentes que consideran que se debe ser sirviente porque conviene serlo y ellos son los cortesanos de mayor nivel. Consideran que la dignidad, la soberanía, la independencia nacional, la integración del Mercosur, Sudamericana y de América Latina y el Caribe han pasado de moda. Que se debe permitir el ingreso de todo tipo de productos sin límites, reducir los impuestos a las empresas extranjeras y que puedan hacer lo que quieran con sus ganancias para que vengan más o no se vayan de nuestros países y favorecer a sus amos.
Entre los más famosos enanos sirvientes de América Latina se encuentra el peruano Álvaro Vargas Llosa, el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza y el cubano Carlos Alberto Montaner, quienes en 1996 escribieron Manual del perfecto idiota latinoamericano, en 2007 El regreso del idiota y en 2014 Últimas noticias del nuevo idiota latinoamericano. Estos libros representan la quintaesencia del enanismo sirviente. Son ejemplos de elevadas inteligencias y exposición escrita al servicio de objetivos contrarios al desarrollo e integración de nuestros pueblos de América Latina y del Caribe. Para ellos, el fortalecimiento del Estado, de lo nacional y popular es un tercermundismo anacrónico. Creen que todos los presidentes progresistas latinoamericanos, desde la mitad de la década del noventa del siglo anterior hasta el presente, son idiotas. La mayor parte de mis reflexiones será para refutar sus afirmaciones serviles.