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Werner Vásquez Von Schoettler

La ilusión socialdemócrata

14 de abril de 2014

La recuperación del valor de la política en los últimos años ha sido significativa en el Ecuador; esta recuperación ética ha pasado de lo electoral a la efectividad de las políticas públicas; la ciudadanía se ha politizado o por lo menos se interesa cualitativamente por lo que hace o deja de hacer el gobierno y por la necesidad de tomar posición frente a los temas locales, regionales y nacionales. Ya no es común el escuchar la declaración de ser independiente, por el contrario, la política pasa por un amplio espectro de opciones, tendencias, necesidades pero aún bajo la fuerte influencia de los medios de comunicación privados. Sin embargo, la política se desborda de las políticas públicas cuando pone en escena valoraciones que van más allá de lo que el gobierno diga o haga, es decir, que la política va y viene desde la ciudadanía en sus diversas formas de organizarse en sociedad. Con esta recuperación ha vuelto a la escena pública el hablar de ideología, de que los partidos o movimientos deban tenerla; que ya no basta que sean estructuras electorales, solamente, sino que provean de referentes éticos a la sociedad para que la misma se sienta identificada. Es que la ideología genera identificación y diferencia respecto a lo que creemos que debe ser una sociedad. Si hablamos de socialdemocracia, esta no busca la ruptura sistémica, sino un gradualismo, un progresismo de reformas; mayores cuotas de la vieja ideología liberal: libertad, igualdad y bienestar. Aquellos valores que han sostenido la decadente democracia representativa y su libertad idealista mientras millones de nacidos en pobreza murieron en pobreza en una espiral, por ahora, interminable. La socialdemocracia se instala en términos, que de principio, nadie se opondría: justicia social, solidaridad, responsabilidad, humanismo y progresismo. Y su mayor auge estuvo en la Europa de la segunda postguerra mundial y no precisamente por su victoria, sino por lo que el capitalismo tuvo que ceder frente al temor al socialismo. Se sueña con la emancipación de los trabajadores dentro del sistema capitalista a través de reformas sociales, sin tocar la propiedad de los medios de producción, es decir, sin tocar el Estado burgués. La socialdemocracia acepta la economía de mercado, pero es esta la que hundió el Estado de bienestar en Europa después del fin de la guerra fría, cimentando el florecimiento del neoliberalismo. El sueño socialdemócrata de un capitalismo con rostro humano le ha costado caro, demostrándose que su ideología reformista de un capitalismo democrático fue un error histórico; siendo doblegada por el neoliberalismo. Ante el fracaso fue surgiendo la llamada tercera vía: entre la vieja socialdemocracia y el neoliberalismo. ¿Qué necesita el Ecuador: una renovación del Estado burgués o la construcción de un Estado popular? El socialismo va por la segunda. No un capitalismo democrático. No democratizar el capitalismo mundial. ¿Qué vía tomará el Movimiento Alianza PAIS?

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