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El Telégrafo
Edmundo Vera Manzo

La guerra contra las drogas no ha fracasado, tan solo las estrategias unilaterales

10 de octubre de 2015

Existe un debate a nivel mundial sobre las drogas. Naciones Unidas ha lanzado la consigna de que ha fracasado la guerra contra las drogas y la propaganda está dirigida para legalizarlas en un gran evento que ha organizado para 2016. Existe un comité de honor de muy sospechosos representantes políticos al servicio del poder mundial.

Con el pretexto de que ha fracasado la guerra contra las drogas a nivel mundial, se esconde la intención de los grupos ocultos del poder planetario, como el Club de Bilderberg, de legalizar el consumo de las drogas, y convertirlas en instrumento de control mental y dominación política de segmentos importantes de la población de los países.

Merece que cada una de las personas nos hagamos las siguientes preguntas: ¿Es beneficioso para la salud de la mayoría de las personas el consumo de la marihuana, la cocaína, la heroína y otras drogas dañinas? ¿Ayuda al bienestar, al buen vivir y la felicidad de los ciudadanos? ¿Es equivocado estar en contra del consumo de las drogas? ¿Es un error estar en guerra con las drogas? Entiendo que es de sentido común, lógica elemental, sabiduría y salud integral contestar las preguntas anteriores con un rotundo No. ¿Es legítima la guerra contra las drogas? Sí. Por donde se mire, la humanidad no se debe rendir. Sería una contradicción ética y una quiebra moral. Posiblemente, mientras existan los seres humanos, existirán sectores que las consuman. Es parecido a la lucha y la guerra por la libertad, es interminable. Alcanzarla en términos absolutos es imposible. Existen avances y retrocesos, pero no por ello el espíritu humano debe renunciar a alcanzarla, es una esperanza que invita a seguir adelante.

La guerra contra las drogas, como toda guerra, tiene múltiples frentes de batalla. Históricamente, el error principal estratégico es que no ha sido integrador, no ha cubierto todos los frentes. Se ha avanzado en muchos, se ha retrocedido en otros y también hay algunos que no se han comenzado.

El frente ideológico espiritual contra las drogas es muy débil. El enemigo es la sociedad y propaganda consumista que bombardea en cada instante y el vacío existencial y espiritual de la población, que es rellenado con las drogas. El antídoto es la filosofía, pedagogía y práctica del Buen Vivir. Lamentablemente, en su construcción teórica y aplicación falta mucho.

La conducción general de la guerra contra las drogas se ubica en el máximo nivel de importancia cuando la responsabilidad la asume la Presidencia de la República, como desde hace poco tiempo acontece en Ecuador.

En el frente policial y militar para desarticular la localización y tránsito de grandes envíos de drogas es donde más éxitos ha obtenido el Gobierno con relación a los anteriores. En la lucha contra el microtráfico los resultados son inciertos y hasta desalentadores, requiriendo participación de todos.

En el frente legal y de la justicia existe un mejoramiento. El frente contra el lavado de activos requiere refuerzo de personal especializado de más alto nivel en aspectos legales y financieros. El frente de la salud, en el aspecto preventivo y en los tratamientos para adictos es incipiente, hace falta multiplicar los esfuerzos para atender a la población afectada.

En la guerra contra las drogas, en vez de rendirnos, los ciudadanos comprometidos tenemos mucho trabajo por realizar: no pueden convivir en paz las drogas y el Buen Vivir. (O)

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