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El Telégrafo
César Hermida

La energía de Paute y Coca Codo

27 de diciembre de 2014

El Ecuador pronto tendrá 3.852 MW más de energía eléctrica. Hace unas décadas, cuando se inauguró la primera parte del Proyecto Hidroeléctrico Paute, con la represa Daniel Palacios, el Ecuador pasó, ese día, de los últimos puestos en consumo de energía por habitante en el contexto latinoamericano, a un razonable puesto intermedio.

La Central Molino comenzó a producir 1.100 MW. Con este Gobierno y la construcción de la Central Mazar, con 170 MW, el Proyecto Paute subió a proveer 1.270 MW. Cuando concluyan las nuevas centrales en construcción, la Central Sopladora aportará 487 MW y la Central Cardenillo 593 MW para un total de 2.350 MW. Con los 1.500 de la Coca Codo Sinclair el país sumará, con los dos proyectos, una capacidad de 3.852 MW.

Esta energía es como la del alimento para el metabolismo del cuerpo humano, pues mediante los servicios generales satisface las necesidades humanas materiales del alimento, la vivienda, el trabajo, las vías de comunicación y movilización, y mediante los servicios sociales de la cultura los conocimientos y afectos, y la salud con equidad, calidad, eficiencia, y las políticas democráticas para que estas satisfacciones proveen a todos con la óptima calidad de vida, que es el Buen Vivir.

El Gobierno insiste en que el Coca Codo Sinclair es el proyecto hidroeléctrico más grande (y lo es, del Gobierno), pero los 1.500 MW del proyecto Coca Codo son menos que los 2.350 MW que en su totalidad proveerá el Proyecto Paute. Para los chauvinistas morlacos, como dicen los guambras “¡El Proyecto Paute le da largo al Coca Codo!”. Y como lo que no se publica no existe y es como el amor que no se declara, bien vale puntualizar que los morlacos siguen esperando para su ciudad y su provincia el proyecto grande, de carácter nacional, del actual Gobierno.

Más allá del buen humor de las vanidades regionales, se puntualiza que la eléctrica es una energía limpia (que no contamina el ambiente), que es propia y barata, y que es el ejemplo que destaca el esfuerzo (en los últimos siete años) de planificar y ejecutar proyectos prioritarios para el bienestar individual y social de la nueva orgullosa identidad ecuatoriana.

Solo con políticas de fortalecimiento de lo público, de equidad, calidad y eficiencia, se logran los principios ancestrales de que la vida es sana y colectiva, que se cumplen los sueños de la reciprocidad (solidaridad), complementariedad (dual) y correspondencia (del todo con las partes) y que nuestra Madre Tierra es la Patria Grande, el Abya Yala.

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