La idea de unidad de nuestra América tiene su origen en el Congreso Anfictiónico de Panamá, convocado por el Libertador Simón Bolívar para el 22 de junio de 1826. Al convocarlo, se inspiró en el Parlamento Anfictiónico de los antiguos griegos, quienes acostumbraban realizar asambleas con la participación de las ciudades para tratar temas generales. En la convocatoria el Libertador expresó: “Qué bello sería que el istmo de Panamá fuera para nosotros lo que el de Corinto para los griegos; ojalá que un día tengamos la fortuna de instalar allí Augusto Congreso…”. Mas el mismo fue boicoteado por EE.UU. y fracasó. El 2 de diciembre de 2011, año en que se conmemoró el bicentenario de la independencia de Venezuela, y, como un homenaje al Libertador Bolívar, los 33 estados soberanos latinoamericanos crearon en Caracas la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), sin la injerencia de EE.UU. y Canadá.
Recientemente (28-29 enero) se realizó en Belén, Costa Rica, su III Cumbre. En un momento en el que, el mundo cambiante se hace cada vez más multipolar, EE.UU. continúa manteniendo su hegemonía y Latinoamérica busca su propia independencia, como integración, de una región de más de 600 millones de habitantes. E individualmente, como Estados libres y soberanos, defendiendo sus procesos de cambio frente a grupos de oposición de derecha, respaldados por el imperio norteamericano y las grandes campañas desinformativas. Al hacerlo, sus pueblos y sus líderes son víctimas del chantaje y la violencia, con amenaza de golpes de Estado promovidos desde afuera. Venezuela es un ejemplo.
Recordemos que, un día después de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, el presidente Obama firmó la Ley para la Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil de Venezuela 2014, la cual impone sanciones a funcionarios del Gobierno de este país, a las que el presidente Maduro calificó de “insolentes”. También es importante destacar lo expresado por Fidel, en su carta reciente, dirigida al presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, Ramón Perdomo: “… No confío en la política de EE.UU. ni he intercambiado una palabra con ellos sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos…”.
En lo demás, bajo el lema ‘Construyendo juntos’, la III Cumbre acordó, entre otras resoluciones, ratificar la determinación de erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad en la región; garantizar el pleno derecho de la democracia; fomentar la igualdad de género; el derecho a la educación; afirmar a América Latina y el Caribe como zona de paz; acoger con beneplácito la decisión de los presidentes de Cuba y EE.UU. de restablecer las relaciones diplomáticas; e insistir en el llamado al Gobierno de EE.UU. a que ponga fin al bloqueo criminal. Además, el presidente Raúl, en su intervención, pidió que les devuelvan la base de Guantánamo.
La Cumbre concluyó con el traspaso de la presidencia a nuestro mandatario Rafael Correa, quien dirigirá la Celac en el presente año. La cual está llamada a fortalecer la unidad latinoamericana, como expresión de un mundo nuevo que se empieza a construir.