La semana pasada asistí a varias reuniones de diferente tipo: sociales, profesionales, académicas y gubernamentales. En todas noté que tanto jóvenes y adultos mostraban severos signos de estrés provocado, según entiendo, por un incontrolable deseo de hacer presentaciones de ideas muy innovadoras y creativas. Estar sobreestresado es uno de los mayores inconvenientes de la gente en nuestro estilo moderno de vida.
No es malo, siempre y cuando se lo experimente en pequeñas dosis. Un estrés temporal o la presión por resultados pueden realmente ayudar a incrementar el rendimiento, mejorar la memoria y acceder a habilidades que ni imaginábamos tenerlas. Pero un estrés pronunciado está en detrimento de nuestro bienestar físico y mental. ¿Cómo soñar con el Buen Vivir si estamos estresados? No es mi especialidad, pero el estrés crónico está ligado a la causa de varias enfermedades, como: úlceras estomacales, problemas digestivos, colon irritable, dolencias cardíacas, hipertensión, diabetes, reducción de la libido sexual, deterioro del sistema inmunológico; y en los niños, inhibe el crecimiento normal. Son demasiados problemas para que esto pase desapercibido.
Pero lo que me preocupa es cómo se puede ser creativo sin añadir un exceso de estrés a nuestras vidas. Observo a mis alumnos devanándose los sesos para hallar esa brillante idea de negocios que les permita graduarse y eventualmente transformarse de empleados en empresarios. Parecería que el éxito moderno se mide en la capacidad de hacer negocios. Pero esa es otra historia.
Primero es importante comprender que sacudir tu cerebro para que aparezca la siguiente nueva idea creativa e innovadora es de hecho poco productivo como un proceso generador de nuevas ideas. Más bien aflojemos la presión y permitamos que las ideas fluyan a través nuestro. Relajando nuestro cuerpo y nuestra mente, podemos drásticamente reducir los efectos del estrés, abriendo esos circuitos neuronales que dejan libre acceso a la creatividad y al bienestar. La investigación ha demostrado que la actividad cerebral empieza a mejorar después de unos pocos días de aprender a meditar, reduciendo el estrés, mejorando el carácter y la salud.
Cuando nos relajamos y cerramos los ojos, manteniéndonos despiertos, apaciguamos la corteza cerebral y el cerebro empieza a llenarse de lo que se conoce como ondas cerebrales alfa (oscilaciones neurales rítmicas que varían de 7 a 13 Hz), lo cual pone en plena conciencia a la zona profunda de la región subcortical del cerebro, creando un puente entre lo externo e interno, es decir, con la región límbica del cerebro, donde se generan las nuevas ideas y podemos revelar lo más profundo de nuestro ser e intelecto.
Al mismo tiempo, debemos considerar otros elementos coadyuvantes en la reducción del estrés, por ejemplo: la fluidez con la cual aprendemos a pensar; la facilidad para capturar el momento creativo en todos los instantes de nuestra vida; y el mantener una actitud positiva y de confianza que alimente el pensamiento creativo.
