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El Telégrafo

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Chen Guoyou, Embajador de la República Popular China en el Ecuador

Historia y realidad: ambos lados del estrecho de Taiwán pertenecen a una sola China

06 de mayo de 2025

“Taiwán nunca ha sido un país, ni en el pasado, ni lo será en el futuro”. Las firmes palabras del canciller de China, Wang Yi, pronunciadas recientemente en una conferencia de prensa, constituyen una clara declaración al mundo: los más de 1.400 millones de ciudadanos chinos están decididos a lograr la completa reunificación de la patria, en defensa de la soberanía nacional y la integridad territorial. Es un hecho objetivo e innegable que Taiwán forma parte inalienable del territorio chino.

El retorno de Taiwán a China es fruto de la victoria en la Segunda Guerra Mundial y constituye una parte fundamental del orden internacional establecido tras el conflicto. Tanto la Declaración de El Cairo, emitida en 1943 por China, Estados Unidos y el Reino Unido, como la Proclamación de Potsdam, firmada en 1945 por las potencias vencedoras y posteriormente reconocida por la Unión Soviética, establecen de manera explícita que Taiwán es un territorio que Japón había arrebatado a China y que debía ser devuelto. Japón firmó el instrumento de rendición en el cual se comprometió a cumplir fielmente con las disposiciones contenidas en la Proclamación de Potsdam. Esta serie de documentos, con validez jurídica internacional, confirma la soberanía de China sobre Taiwán y constituye una piedra angular del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial.

En 1949 concluyó la guerra civil en China y se proclamó la fundación del Gobierno Popular Central de la República Popular China, el cual, al sustituir al Gobierno de la República de China, se convirtió en el único gobierno legal de toda China y en el único representante legítimo del país ante la comunidad internacional. En 1971, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 2758, en la que se estableció con claridad que el Gobierno de la República Popular China es el único representante legítimo de toda China, incluida Taiwán, en el seno de las Naciones Unidas, y que no existen “dos Chinas” ni “una China y un Taiwán”. Los documentos oficiales de la ONU señalan explícitamente que la única referencia válida a la región de Taiwán es “Taiwán, provincia de China”, y que “las autoridades en Taipei... no gozan de ninguna forma de estatus gubernamental”.

El principio de una sola China representa un consenso ampliamente compartido por la comunidad internacional y constituye una de las normas fundamentales de las relaciones internacionales. Hasta la fecha, 183 países han establecido relaciones diplomáticas con la República Popular China sobre la base de dicho principio. Desde que el Partido Progresista Democrático (PPD) asumió el poder en 2016, un total de diez países —entre ellos Panamá, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua y Honduras— han roto sus “relaciones diplomáticas” con Taiwán y han establecido o restablecido vínculos diplomáticos con la República Popular China, en conformidad con el principio de una sola China.

Salvaguardar la unificación nacional y la integridad territorial es un derecho sagrado de todo Estado soberano. La Carta de las Naciones Unidas establece que todos los Estados miembros deben observar las normas fundamentales que rigen las relaciones internacionales, tales como el respeto mutuo a la soberanía y la integridad territorial, y la no injerencia en los asuntos internos de otros países. En los 45 años de relaciones diplomáticas entre China y Ecuador, ambos países se han apoyado de manera constante en cuestiones relativas a sus respectivos intereses fundamentales. La parte china valora altamente que los sucesivos gobiernos —tanto a nivel central como descentralizado—, la Asamblea Nacional y otras instituciones oficiales del Ecuador se mantengan firmemente comprometidos con el principio de una sola China, mediante acciones concretas que impiden a sus autoridades e instituciones mantener cualquier tipo de contacto oficial con las autoridades de Taiwán. Esta sólida tradición de respeto y apoyo mutuo ha contribuido significativamente a la profundización de la amistad entre China y Ecuador, en beneficio de ambos pueblos.

El año 2025 conmemora el 80º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y de la Guerra Mundial Antifascista. Asimismo, marca el 80º aniversario de la recuperación de Taiwán de la colonia japonesa. En 1945, todos los compatriotas chinos, incluidos los de Taiwán, alcanzaron la victoria final tras una lucha ardua y sacrificada contra los agresores y colonialistas japoneses, defendiendo con valentía la soberanía y la dignidad nacional. Esta contribución fue decisiva para el triunfo de la causa antifascista a nivel global.

El pueblo chino es un pueblo que valora profundamente la justicia y la paz. No permitiremos bajo ninguna circunstancia que fuerza alguna agreda, divida o destruya nuestro hogar común. El Partido Comunista de China y el Gobierno chino han trabajado de forma constante por lograr la reunificación pacífica del país, pese a las dificultades y obstáculos que han enfrentado en las últimas décadas. Sin embargo, las acciones secesionistas en busca de la “independencia de Taiwán” representan la amenaza más grave y la mayor perturbación a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. Asimismo, algunas fuerzas externas interfieren en los asuntos internos de China utilizando la “paz” como disfraz. Estos actos son rechazados de forma categórica por el pueblo chino en su conjunto.

El eventual retorno de Taiwán a la patria se hará realidad, y la reunificación de ambos lados del Estrecho es un proceso inevitable. Esta es la voluntad del pueblo chino y una tendencia histórica irreversible. China defenderá con determinación sus intereses fundamentales y su causa justa, al tiempo que seguirá aportando energía positiva a la prosperidad y la estabilidad mundial. Esta posición ya cuenta, y seguirá contando, con la comprensión y el apoyo de la comunidad internacional, incluido el Ecuador.

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