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“No te define como persona aquellos actos aislados (torpezas o fechorías). Sí te define la suma de tus decisiones y actos buenos, que son una amplia mayoría”
“La vocación de cada persona es la vida misma; donde el futuro se marca a partir de cómo lo vamos construyendo, ya que nada está escrito previamente”
“La misión de cada persona en esta vida no solamente está en dar su vida por quienes son nuestros seres queridos, sino por quienes (posiblemente) (no) nunca conocemos”
“¿Anhelamos un futuro mejor? Bien, el inicio está en comenzar conscientemente a crearlo desde nuestra propia persona, teniendo cordialidad, confiando en uno mismo, y procurando tener comprensión mutua; avanzando sin cuestionarse (para no detenerse o estancarse). La esencia está en que ese futuro debe ser una representación de todo el bien que existe en nuestro interior. Todo lo bueno que hay en el interior (lo que nos lleva a merecer el adjetivo de ‘buena persona’/’bobles sentimientos’) se puede medir por el sumo bien que hacemos a los demás”
Las ideas anteriores son fragmentos (mayormente parafraseados) del film Misión Imposible: la sentencia final. Acudí a verlo, y siempre he estilado rescatar, de la ciencia ficción, aquellas frases que nos puedan ser útiles y de provecho para, si no lo hemos hecho hasta ahora, tomar la decisión de despertar y emprender la carrera a superarse como persona, con dignidad; o, si lo estamos haciendo pero experimentamos dificultades, nos sea aquella dosis de motivación que requerimos para terminar con la mediocridad, la tibieza, decirle basta ya a la procrastinación y entonces volver a arrancar con mayor fuerza, disciplina, constancia, perseverancia y efectividad. Alzo la mano y digo ‘presente’, sin temor, venciendo la vergüenza, pero reconociendo que hay ocasiones donde nos vemos tentados y vencidos a bajar la velocidad e irnos quedando (o inclusive a no realizar acción alguna y esperar que los días transcurran sin intentar siquiera batallar, ya que el aire es gratis) en la carrera hacia el crecimiento personal y poder así contribuir para el progreso de nuestras sociedades.
Todas las ideas nos vienen sumamente bien hoy, cuando estamos ante una buena parte de la sociedad que intenta sentar la idea de que la búsqueda de cristalizar los intereses personalísimos y de la recompensa ante el esfuerzo (sacrificando tiempo para los que uno ama, y para uno mismo) debe ser el rumbo a seguir, y que está prohibido levantar a quien está caída(o), aliviar con palabras de aliento e impulsar con algo de apoyo para que también salga del bache, que es contraproducente mirar de arriba abajo a una persona para que se levante, y que únicamente tiene mérito dar la vida por quienes nos aprecian y apreciamos. De hecho, si eres o no creyente, darnos a nosotros mismos al grado de entregar la propia vida por quienes no conocemos o conoceremos es el camino para, algún momento que cerremos nuestros ojos, trascender de esta vida a una vida mejor, donde este estuche llamado cuerpo ya no envejece ni existen tormentos o guerras.