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El Telégrafo
Juan Carlos Morales

Greta Thunberg: ¿Cómo se atreven?

26 de septiembre de 2019

Con un potente mensaje, Greta Thunberg, la joven sueca de 16 años, y líder mundial contra el cambio climático, arengó en Nueva York contra los líderes mundiales: “Me han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías... Y de lo único que pueden hablar es de dinero y cuentos de hadas de crecimiento económico eterno. ¿Cómo se atreven?”.

Como si estuvieran a contracorriente de las evidencias científicas, advertidas por Alexander von Humboldt hace más de dos siglos, los negacionistas -que dicho sea de paso, son altamente religiosos- se han unido para desacreditarla. Quizá el ataque más degradante lo vertió Le Figaro, a través de un comentario no filtrado y dirigido directamente al síndrome de Asperger de Greta: alguien opinó que era “una vergüenza ver a tantos jóvenes dejarse conducir por una zombi”.

Para no quedarse atrás, el asambleísta por Tungurahua Esteban Torres Cobo publica en su cuenta de Twitter, contra el “ambientalismo patético y almas esnobistas”: “La sobreactuación de Greta, la niña del apocalipsis zombi, es evidente”. Suficiente, clama airado el asambleísta, que votó No en la ley contra el aborto por violación, contradiciendo a 20.000 científicos que se han sumado a las protestas de los jóvenes ecologistas en 150 países.         

Hace 25 años, Eduardo Galeano, en su libro Úselo y tírelo, ya lo advertía. El 20% de la humanidad comete el 80% de las agresiones contra la casa de todos. Harlem Bruntland, que encabezaba el Gobierno de Noruega, decía: “Si los siete mil millones de pobladores del planeta consumieran lo mismo que los países desarrollados de Occidente, harían falta diez planetas como el nuestro para satisfacer sus necesidades”.

“Este sistema de vida que se ofrece como paraíso, fundado en la explotación del prójimo y en la aniquilación de la naturaleza, es el que nos está enfermando el cuerpo, nos está envenenando el alma y nos está dejando sin mundo”, reflexionaba Galeano pero, como ahora, muchos insisten en vivir con esa lógica depredadora del humano que -con el consumismo voraz- nos llevará a la extinción como especie. Quizás entonces, vuelvan los dinosaurios para regocijo de algunos. (O)

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