En 2016 durante mi corta estancia en Nueva York, un par amigos me obsequiaron el libro “It Worked For Mi” que recoge la biografía del ‘chico del bronx’ que llegó a ser un reconocido General de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de Norteamérica y Secretario de Estado.
Durante esta lectura fui reconociendo en Colin Powell su carácter, liderazgo y cómo los sueños pueden tornarse realidad con la fuerza de la voluntad, disciplina y esperanza. En uno de sus pasajes, Colin se pregunta cómo el ‘chico del bronx’ que cargaba cajas en un supermercado llegó a tener un liderazgo internacional y ser el primer afroamericano (de padres inmigrantes) en la cúpula del Ejército estadounidense.
Ese mismo chico logró construir su proyecto de vida con mucho esfuerzo, decisión y no conformándose con obedecer sino expresando su opinión, como su oposición a la ofensiva de Irak que en su momento comandó Bush. Lo cierto es que, su ascenso en el gobierno civil significó la apertura para otros afroamericanos como Condoleezza Rice.
Lo único que puedo cuestionar a Powell es su adscripción republicana; en eso difiero pues siempre me he ubicado en la centro izquierda; pero amante de las biografías como soy, fue para mí sorprendente conocer su proceso de vida. Finalmente las personas somos lo que aprendemos de cada fracaso, y lo único que cuenta después de todo es el “gesto humano”.
Este libro es de obligatoria lectura para quien le interese el liderazgo diferenciador, ahí no importa la ideología, si eres demócrata o republicano, de izquierda o derecha; la forma en que se ejerce el poder depende exclusivamente del ser humano, de su formación, de su preparación e inteligencia para decidir y conducir una nación.
A pesar de mis diferencias con Powell, puedo decir es ejemplo de superación y me quedo con su lección de vida en esta frase: “Nunca dejes que tu ego se acerque mucho a tu cargo porque, cuando éste desaparezca tu ego se irá con él”.
