Ecuador, 20 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Alfredo Vera

Fronteras, refugiados y migrantes

08 de septiembre de 2015

El conflicto en la frontera colombo-venezolana; el más grave y deshumanizaddo proceso de búsqueda de refugio de sirios y africanos y la brutal cantidad de fallecidos en el mar Mediterráneo ensombrecen las relaciones de varios Estados y evidencian lo distantes que estamos de la idealizada convivencia pacífica.

El fenómeno de la situación colombiana no es novedoso para nuestro país que ha acogido decenas de miles de colombianos que han buscado refugio en Ecuador, huyendo de su país por la conflictividad y violencia desatada en ese hermano país por la lucha armada interna, agudizada por la existencia de bandas criminales dedicadas al narcotráfico y al tráfico de personas. El organismo de las Naciones Unidas Acnur ha hecho un extraordinario esfuerzo para registrar a esos miles de hermanos que buscaron refugio en nuestro suelo, a fin de ayudarlos a un afincamiento racional y humano.

Venezuela reporta que son más de 5 millones de colombianos que se han afincado en ese país, producto de las mismas causas, de modo que este fenómeno no es nuevo, aunque ahora se ha convertido en motivo de crisis en la frontera de ambos países hermanos. Los habitantes fronterizos de cada país no tienen sino una opción cuando quieren huir, que es el de cruzar la frontera.

El conflicto actual está siendo azuzado, como es notorio y descarado, por los enemigos de cada régimen que han encontrado la oportunidad de aprovechar la controversia para debilitar las acciones gubernamentales de cada país.

Es posible que los grupos adversarios saquen provecho de un mal manejo de las responsabilidades fronterizas de cada país: es evidente que ambos gobiernos deberían haber concretado los mecanismos para controlar el flujo de contrabando de productos de primera necesidad, incluyendo la gasolina, y evitar que sean utilizados en la guerra de desprestigio del régimen venezolano presidido por Maduro. Los mandatarios de ambos países hermanos requieren tener mayor delicadeza que nunca, presumiendo la lógica mala intención de los adversarios de ampliar el conflicto hasta conseguir un fuerte distanciamiento entre los presidentes Santos y Maduro que, como es obvio, tienen diferentes conceptos de cómo se deben gobernar sus respectivos países. Otro drama desconcertante se vincula a los flujos migratorios hacia Europa de familias enteras, poniendo en riesgo la vida de todos ellos por tratar de ser considerados como refugiados. La mayoría de esos migrantes es producto de las luchas y guerras internas en sus propios países, en los cuales se han provocado graves conflictos que destruyen la paz, la mayoría de los cuales son víctimas inocentes de los conflictos provocados o estimulados por los gobernantes de algunas potencias.

Fue notorio cómo en el reciente pasado, su pretexto de ayudar a cambiar los regímenes gubernamentales de los países árabes y africanos, a donde los grupos insurrectos han recibido gran cantidad de armas pesadas para desatar conflictos internos que generan la opción de que los ciudadanos no involucrados en esos procesos bélicos, junto con sus familias, se conviertan en migrantes que no quieren ser recibidos por los gobernantes de los países europeos.

En esa lucha por la supervivencia hay una gran cantidad de víctimas de naufragios en el mar Mediterráneo por donde quieren llegar a las costas europeas, ante la imposibilidad de que la Organización de las Naciones Unidas pueda interceder para defender esas vidas frustradas. (O)

Contenido externo patrocinado