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Pedro Goldfarb

El fascismo ya está inmerso entre nosotros

26 de julio de 2018

El intelectual italiano Umberto Eco definió las 14 características principales del fascismo eterno. Eco pedía apuntar con el índice cada vez que este fascismo eterno pueda aparecer en cualquier parte del mundo. Su objetivo era claro: desenmascararlo y combatirlo.

El fascismo eterno, según Eco, considera que pensar es una forma de castración. Idolatra el culto de la acción por la acción, rechaza todo pensamiento crítico... quien entra en desacuerdo con el accionar del Gobierno es tildado de traición. El miedo a lo diferente... el fascismo eterno es racista por definición: está en contra del otro, de los intrusos, de todo el que no es como él... qué decir del comportamiento gubernamental y de gran parte de la población con respecto a: los palestinos, los árabes israelíes, los judíos de procedencia etíope, los judíos conservadores o reformistas, los intelectuales de izquierda, los no sionistas...

El fascismo eterno encontrará en la clase media frustrada y en aquellos grupos sociales que se sienten defraudados o humillados por una izquierda claudicante y soberbia, caldo de cultivo para sustentar su poder. La lista es larga e interesante. Aparecen en ella características como: el nacionalismo y la xenofobia, la creencia en el complot internacional que quiere destruir al Estado, el miedo al enemigo, el principio de guerra permanente.

Esto produce la aparición de características en la sociedad israelí que y por casualidad (o ¿causalidad?) aparecen en el listado de Umberto Eco. Me refiero al elitismo y al desprecio por los débiles, al heroísmo y al culto de la muerte de una sociedad israelí militarizada en una enésima potencia, al machismo y al odio por el sexo no conformista, al populismo cualitativo, a la continua lucha del gobierno de Netanyahu por contrarrestar las influencias del poder judicial.

El gobierno de Netanyahu utiliza un lenguaje pobre, una sintaxis elemental para tratar en todo lo posible de limitar los instrumentos que permitan a los ciudadanos el razonamiento complejo y crítico. En algún momento y en algún lugar, estallaron voces que exigían: ¡No pasarán!... lamentablemente el fascismo está instalado en la mentalidad y el pensamiento sionista del gobierno actual de Israel.

Dicho gobierno que aprovecha la coyuntura política y el respaldo de Trump y de distintos gobiernos retrógrados de la región, para legislar decretos y leyes que afiancen el pensamiento sionista fascista en la vida cotidiana del país. (O)

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