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El Telégrafo
José Velásquez

Espejismo deportivo

10 de junio de 2019

El 24 de mayo, Richard Carapaz empezó a escalar fuerte en el Giro y se ubicó en cuarto lugar en esa decimotercera etapa. Ese mismo día, Andrea Sotomayor cumplía su segundo aniversario en un despacho que empezó dentro de un ministerio y terminó reducido a una secretaría.

Han sido días fructíferos para nuestro deporte, sobre todo porque el ciclismo y el fútbol han logrado arrimarse a un mejor árbol. Una feliz coincidencia que no distrae a Sotomayor, quien corre su propia carrera contrarreloj, a 13 meses de que se inicien los Juegos Olímpicos de Tokio.

Habría que plantearse de entrada si la eliminación del Ministerio del Deporte (febrero de 2007 a abril de 2018) es un avance. Ojalá esta vez menos sea más. La secretaria Sotomayor tiene razón cuando señala que los Centros de Alto Rendimiento se construyeron sin visión técnica. De hecho, la empresa pública encargada de administrarlos reportó casi $ 3 millones de pérdidas entre mediados de 2015 a mediados de 2018.

Pero si en la administración anterior hubo derroche antitécnico, lo que se espera en tiempos de austeridad es una administración más sesuda. Ecuador tardó casi 9 meses en confeccionar su nuevo Plan de Alto Rendimiento y asegurar más de $ 50 millones  para el deporte hasta 2020. La transición fue compleja para deportistas como Glenda Morejón, quien ingresó por fin en el Plan de Alto Rendimiento luego de competir con zapatos con huecos.

No hay señales de aliento cuando un marchista con medalla se queda varado en México o cuando un atleta tiene que organizar una rifa para viajar a un mundial de triatlón. Tampoco fue bueno darle 19 meses de vida artificial a Pierina Correa mientras crecían los hongos en el deporte de Guayas.

Si no hay dinero, habría que incentivar la participación privada. En Colombia, por ejemplo, las empresas pueden canalizar hasta el 30% del equivalente del impuesto a la renta a causas sin fines de lucro, incluidos proyectos deportivos. Fue la empresa privada colombiana la que rescató a Carapaz luego de que un accidente lo dejó fuera del Plan de Alto Rendimiento en 2014.

Por supuesto, no haría mal revisar una Ley del Deporte criticada por voces autorizadas como la de Jefferson Pérez. La plusmarquista olímpica Katie Ledecky dice que los atletas son los únicos que deben escribir las reglas del juego. Tiene razón. (O)

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