A millones de personas nos han hecho creer que no hablamos bien nuestra propia lengua materna. La lingüística ha establecido científicamente que todo dialecto, en la medida que cumple su función comunicadora, es igual de bueno que los demás. La idea de que un dialecto sea el correcto es un juicio de valor social, no lingüístico. En términos científicos, el dialecto de Castilla es tan eficiente como el dialecto del Carchi. Nadie, a menos que tenga un grave defecto físico, habla mal su lengua materna. En términos sociales, la situación cambia. Podemos hablar entre amigos, cortando palabras, haciendo señas. Pero para que nos entiendan mejor todas las personas que hablan nuestro idioma, tenemos que usar un español estándar, socialmente aceptable. Es el que usan los locutores de radio, los presentadores de televisión, los profesionales que asisten a un congreso, los profesores universitarios. Apliquemos este criterio social a la lengua escrita. ¿Han visto los mensajes de texto que usan los adolescentes en sus celulares? “Ma.xfa.apaga.mi.compu.voy.peli.con.compas”. Esto es admisible en la medida en que permite comunicarse. Pero no use ese código en el aula ni en la oficina, porque se arriesga a un cero o a un despido. Hoy empezamos un viaje por el español escrito. Cada semana, usted recorrerá un trayecto del idioma escrito e irá dominando las técnicas de redacción. Quizá le sorprenda el título de esta columna: “Escribirás bien en español”. Suena a lenguaje informal, del dialecto de Quito, como cuando decimos: “Asomarás”. Usar el futuro como imperativo (mandato) fue, sin embargo, una expresión del castellano formal. La prueba es que está en las traducciones de la Biblia: “No matarás” (Versión Reina 1569, Éxodo 20:13). En español moderno y estándar se dice, por ejemplo: “Come verduras, no comas golosinas”. Aunque las madres quiteñas sigan diciendo: “Comerás huevito, no comerás tonteras”. La próxima semana hablaremos del orden gramatical del español escrito. ¡Asomarán! (O)
