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Reynaldo Bignone es un emblema de varias barbaries de la dictadura. La primera, desde ya, la barbarie del terrorismo de Estado. Él fue condenado por hechos cometidos bajo su dirección, sobre todo cuando estuvo en dos lugares: el Colegio Militar de la Nación y el Comando de Institutos Militares, o sea Campo de Mayo. También fue el emblema de otra barbarie de la dictadura, como fue la quema y la destrucción de todos los archivos, porque fue durante su gobierno de facto que se llevó adelante todo esto.
Bignone fue el principal responsable de todo esto y su ocultamiento continuó durante años. Este perverso se dio el lujo de escribir libros donde reivindicaba la dictadura y hacía apología de lo que habían hecho, pero a la hora de sentarse frente a un tribunal tenía, como tantos otros, la cobardía de ni siquiera admitir ese hecho y negaba todo.
Bignone fue la representación del final de la dictadura y debió irse echado y encarcelado. Pero el radicalismo no fue capaz de ponerlo en su lugar en aquel diciembre de 1983. Era por supuesto el símbolo de la dictadura y las Madres de Plaza de Mayo le pidieron a Raúl Alfonsín que no recibiera el mando de manos de un asesino, que en aquel momento además estaba imputado por los casos de los conscriptos García y Steimberg.
Sin embargo, se ve que como parte del radicalismo Alfonsín, que concertaba con la dictadura de Bignone la transmisión del mando, no tuvo el coraje de decir que no y por eso hoy tenemos la vergüenza de la fotografía de la asunción de un presidente democrático con el dictador y asesino al lado.
Las familias Steimberg y García habían dado una enorme batalla durante los años de la dictadura y sobre todo en el tramo del 82 y del 83 para responsabilizar a Bignone como director del Colegio Militar por los secuestros de los dos conscriptos y así poder encarcelarlo, porque era lo que correspondía; tuvieron que soportar ese mal trago de verlo en la televisión entregando el mando.
Como abogado me tocó participar en varios casos en los que Bignone ha sido condenado. Ahora estaba imputado en decenas de procesos. Lamentablemente por responsabilidad de los jueces del Tribunal Oral Federal 1 de San Martín, que no apuran y no entienden de qué se tratan los juicios de lesa humanidad, Bignone tenía algunas condenas pero se van sin condenas centenares de casos. (O)