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El Telégrafo
Jaime Galarza Zavala

El nuevo combate del Comandante

05 de marzo de 2015

Los grandes combatientes de los pueblos nunca dejan de combatir. Así, por ejemplo, la cabalgata del Libertador retumba cada vez con mayor fuerza en los caminos de nuestra América. Igual ocurre con la voz del comandante Hugo Chávez que hiende el espacio con su profundidad de bocina de los Andes, dos años después de su muerte, ocurrida el 5 de marzo de 2013.

La voz del Comandante de la Revolución Bolivariana despierta a los dormidos y arenga a los que luchan por acabar, de una vez para siempre, con la dominación imperialista que nos ha mantenido empobrecidos y encadenados luego que fue roto el yugo hispánico, al precio de ríos de sangre.

Pretendieron matarlo repetidas veces. Un fanático pastor norteamericano, Pat Robertson, dijo en su hora que el problema de Chávez era fácil de solucionar: cuestión de un tiro. Sus congéneres, los fascistas venezolanos tipo Capriles, alentaban iguales designios y, en el afán de ejecutarlos, dieron el golpe de Estado de 2002, sacándolo del Palacio de Miraflores y llevándolo a una remota prisión con fines criminales. En tanto, la jauría ladraba de contento en torno de aquel títere ridículo llamado Pedro Carmona, nombrado jefe del circo por una corte de alegres compadres y damas peluconas.

La embajada yanqui y la CIA, que estaban detrás del golpe, creyeron que volvía el paraíso de las grandes petroleras y las vacas gordas para un puñado de oligarcas. Pero pronto un enorme espino se les atravesó en la garganta: el pueblo y los soldados patriotas rescataron al líder y le llevaron de retorno triunfal a Miraflores. Las ratas huyeron por las alcantarillas y las elegantes damas lanzaban lejos los zapatos de taco alto y corrían descalzas a buscar refugio. “Se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar”. Los grandes medios privados callaron un momento para luego volver con más iracundia a lanzar sus descargas pestilentes contra la Revolución Bolivariana.

Muerto Chávez, supusieron llegada la hora de acabar con ella y sacaron a relucir todo el libreto de la CIA, aplicado en infinidad de golpes de Estado a lo largo de sesenta años, desde su fundación en 1947: planes de desestabilización, provocaciones, violencia, asesinatos, francotiradores, acaparamiento de víveres, especulación con los precios, amenazas de magnicidio, maniobras divisionistas en Fuerzas Armadas y sectores políticos, manipulación de sectores juveniles, etc., etc.; es decir, todo ese infierno que conoce Venezuela y ha padecido América Latina durante el Plan Cóndor, y desde antes.

Las fuerzas de la extrema derecha -los fascistas- creen que es fácil derrocar a Nicolás Maduro y con su caída volver a las glorias del pasado neoliberal. No cuentan con que el comandante Hugo Chávez está presente en el corazón de las multitudes y de América Latina toda. Menosprecian su rol vivo y activo de conductor de nuestra Segunda y Definitiva Independencia. Venezuela, América Latina y los pueblos del Caribe no permitirán que esta vez el imperio les mate la esperanza.

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