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El Telégrafo
*Fernando Falconí Calles

El modelo empresa – nación

03 de octubre de 2014

En estos tiempos se puede afirmar que el capitalismo está en su última fase y se caracteriza por la implementación del modelo empresa-nación. En efecto, a partir de la ‘crisis inmobiliaria’ de 2008, los bancos privados de Estados Unidos crearon varias ‘burbujas’ (así llaman los banqueros a la especulación financiera) que luego se desintegraron. El sistema capitalista –con todos sus excesos– no da más. Numerosos países del planeta sufrieron los embates de la crisis. El problema está en que los bancos privados son salvados con fondos públicos y los pueblos son sometidos a severos ‘programas de austeridad’. Esta situación, en lenguaje simple, significa pobreza y exclusión para las mayorías.

Los grandes bancos privados –así lo confirman los hechos– se han convertido en una organización supranacional que tiene mayor poder político que los gobiernos. En consecuencia, las finanzas -mejor dicho la especulación- han desplazado el rol de los Estados. La mayoría de ‘jefes de Gobierno’ (las honrosas excepciones felizmente existen) se han convertido en funcionarios subalternos que cumplen órdenes del Gobierno financiero mundial. La empresa–nación, por tanto, es funcional a lo que Michael Parenti denomina el ‘mercado del saqueo libre’.

En Estados Unidos, la poderosa trilogía financiera – militar – industrial, ha puesto en marcha remozados planes de dominación. El problema radica en que el modelo que comentamos, crea enormes asimetrías. Los que sufren las consecuencias negativas son una abrumadora mayoría (99% en Estados Unidos); con lo cual se deduce fácilmente que apenas el 1% disfruta de bienestar y se hace más rico cada día. Bajo este modelo, el sueño americano –casa adentro– se ha convertido en una pesadilla.

Parenti, en su libro Dirty Truths, revela algunas cifras que corresponden al 2013, las mismas que ponen en evidencia lo que este modelo ha producido al interior de Estados Unidos. Son 27.000 los estadounidenses que se suicidaron; 85.000 fueron heridos por armas de fuego; 13 millones fueron víctimas de delitos como asalto, robo, hurto domiciliario; 125.000 murieron antes de tiempo por abuso de alcohol; 6’500.000 personas consumieron heroína, crack, cocaína u otras drogas ‘duras’; 31’350.000 personas consumieron marihuana; 37 millones utilizaron regularmente medicamentos para el control de sus emociones; 150.000 niños fueron reportados como desaparecidos; 700.000 mujeres fueron violadas (una cada 45 segundos); 5 millones están tras las rejas o en libertad condicional; 16 millones tienen diabetes; 40 millones no tienen seguro de salud; 4’500.000 niños sufren desnutrición; 35 millones viven por debajo del nivel de pobreza.

Son las contradicciones de un sistema inviable. La dura realidad que arrojan estas cifras hace necesaria la formación de líderes dentro de Estados Unidos. Líderes que sean capaces de poner en su lugar a los especuladores financieros y recuperen el poder para beneficio de la mayoría de sus ciudadanos.   

Cabe mencionar que Michael Parenti es un historiador e intelectual estadounidense que recibió su doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Yale. Es autor de una veintena de libros que han sido traducidos a 12 idiomas.

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